Rock n' lovers [gay]

070

Entrada la noche, comenzó a observar las estrellas mientras las iba contando.
Comenzó a llorar.
No quería pasar de nuevo por el mismo estrés.

Así pues, entre sollozos se quedó dormido.
Pasado un par de horas, un viento frío rozó su mejilla, acompañado de un suave susurro. Aquello hizo que se despertara de golpe. Rápidamente se sentó y miró a su alrededor, aún adormilado. No había nadie.

Talló sus ojos mientras miraba al frente. Sorpresivamente se encontraba sentada de piernas cruzadas una niña pelirroja de cabello rizado, con todo el rostro lleno de pecas y con unos ojos azul cielo que perfectamente podías sentir tu alma reflejada en ellos. Con un pequeño salto, Daniel la observó. Sino fuese porque conocía bien a Zarek, juraría que es su hermana -Hey, perdedor- soltó la pequeña.

-¿Disculpa?-

-Daniel, tienes poco tiempo.-

-¿Cómo sabes mi nombre?-

-Vengo a contestar dudas importantes. Y esa no es una de ellas. Sí, todo lo que recuerdas pasó. Absolutamente todo.-

El moreno tragó saliva.

-Eres una persona excepcional, pero un tanto estúpida. Soy quien se encarga de protegerte aquí, en el mundo.-

-¿Como un ángel guardián?-

-¡No, qué asco!- la niña sacó la lengua, arrugando su rostro expresando disgusto -Esas cosas son un invento que me roban el mérito. ¿Recuerdas todo lo que sufriste?, insultos, golpes, humillaciones. Como dije antes...- la niña se sacudió un poco de césped de su vestido amarillo -Soy quien se encarga de ti, y no era para nada justo lo que el destino hizo. Todas las acciones y comportamientos buenos acumulan fuerza, así que utilicé eso para salvarte, para que fueses feliz de nuevo.-

Daniel casi ríe, qué buen sueño estaba pasando.

La niña suspiró exasperada -Esto no es un sueño, deja de pensar estupideces.-

La expresión del castaño cambió rápidamente a confusión -Lo siento...-

-Daniel, así está la situación. Existen dos realidades, en la que estabas anteriormente y esta. En la anterior, Zarek te ama, está triste porque no sabe nada de ti, pero está seguro de que te volverá a ver, la chispa de la esperanza es lo que más abunda en él. Y en esta realidad, a él le causas asco, no debiste ser tan precipitado. Es una persona rencorosa, debes olvidarte de él. Aún queda un poco de tus acciones para lo que desees. Pero ahora que me conoces, no puedo hacer nada si no te lo pregunto- tomó las manos ajenas. Daniel estaba frío.

-¿Qué pasa?-

-¿Quieres regresar?-