Y me hundí, me volví a hundir en el mismo charco de siempre, gracias a personas sin sensibilidad, ¿o será que la sensible soy yo? Tampoco puedo echar la culpa, soy yo la que cae siempre, una, y otra, y otras mil veces más, intentando complacer a los demás, pero no complaciéndome a mí misma, miles de preguntas rondando por mi cabeza, ataladándome, día a día, hora a hora, haciéndome daño, sin querer, pero queriendo.
-Algo mío que escribí en un día un poco triste.