XXXVI

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"Yo vi primero su sonrisa angelical, me perdí en sus bellos ojos, y desfile por su cuello no una sino cien veces, tome sus cálidas manos otras mil, pero nunca note que aquella ·Diosa· que llego a mi, no era mas que una ilusión, una falsa promesa que me hice a mi mismo, pero para cuando me di cuenta, para cuando me arrepentí, había algo en mi pecho arraigado que no me permitió moverme nunca mas, me enamore, y ya es bastante sabido de que aquel que se enamora, Pierde"  

Escritos de BabelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora