Mi madrina de bautizo me había dicho: es mujeriego, es bebedor, déjaalo!
-Será que es verdad? -Me preguntaba.
Mañana te resuelvo, le dije pensando en tener una noche más para decidir mi destino. Lo ví y pensé, no puedo dejarlo ír sin mí, -Pero dejar mis a mis seres queridos! Ir A una nueva vida me llenaba de miedo y sin embargo, no me resignaba a perderlo.
Trató de convencerme, me dio sus razones, me dijo que no temiera, que todo iba a salir bien. Yo seguí y seguí insistiendo en que me dejará penzarlo otro día más, Hubo un largo silencio, nos paramos, seguimos caminando, por fin me dijo:
-Está bien, mañana a las cinco de la tarde te espero donde siempre, entonces sabré si seguimos juntos en la vida o no nos volberemos a ver más.
Esa noche, desde luego, no dromí. A ratos hacía mi maleta, luego la deshacía, la volvía a hacer y a deshacer, -Que angustia! Me dio un terrible dolor de cabeza, Luchaba entre el AMOR Y EL MIEDO.
A la mañana siguiente me levante temprano, ojerosa, temblorosa...