D O I S P R E Z E C E

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JiMin POV.

—Adelante, pasa.

—¿Qué haremos, Minie?– expresó JungKook sonriendo. Creo que sabía mi plan.

Caminé hasta la cocina ignorando su pregunta, sonreí perversamente cuando él me siguió.

—Te pregunté algo, ¿no me vas a contestar?– preguntó inclinando la cabeza y entrecerrando los ojos.

Negué de manera divertida y caminé hasta el estante para buscar los poporopos, estaba muy alto y no lograba alcanzarlos. Sentí unas manos en mi cintura y un susurro en mi oído.

—Déjame ayudarte.– sé pegó más hacia mí y, colocando su parte baja delantera en mi trasero, se elevó un poco para alcanzarlos. —Aquí tienes, Minie.– dijo separándose de mí.

—Gracias.– creo que mi voz había salido algo coqueta en ese momento.

Los puse en un bol profundo para que pudiese entrar todo y que no se escapara ninguno.

—¿Quieres ir a buscar la película? Yo veré los poporopos.

Asintió y fue a buscar alguna película que ver.

Apoyé mis manos en la mesa de la cocina y comencé a pensar cómo le diría a JungKook la verdad.

Pero el pitido del microondas me había sacado de mis pensamientos.

Saqué los poporopos del microondas y los llevé a la sala, donde estaba JungKook con el disco de la película que veríamos en la mano.

—¿Cuál es?

—La llamada.

Rodé los ojos y asentí resignado, había visto esa película unas veinte veces ya.

Nos sentamos y nos acomodamos para ver la película, no sin antes apagar las luces. Para mejorar el ambiente, me acosté en su brazo y él me abrazó, parecíamos pareja, parecíamos.

En el transcurso no hice más que asustarme con la maldita mosca que aparecía por todos lados, y a JungKook se le hacía imposible no reírse.

Pero le asusté más cuando llegó una llamada a mi celular, pero por suerte no era nadie más que Jin hyung.

—¿Jin?

Hola, JiMinie, sé que JungKook está allí. ¿Puedes decirle que venga?

—Claro hyung.– dije con desgano para luego cortar la llamada; no quería que JungKook se fuera.

—Jin hyung llamó, dice que te vayas con él.– este solo asintió y se levantó del sofá, dispuesto a caminar hasta la puerta.

Era hora de actuar.

Caminé hasta llegar a su espalda y lo abracé.

—¿No quieres jugar un momento antes de irte, JungKookie?– pregunté fingiendo inocencia, mientras tocaba su entrepierna sintiendo como crecía. Hice un adorable puchero.

—En serio, JiMinie, me tengo que ir.

Hice mi agarre más fuerte y noté cómo suspiraba. Vi que asintió levemente y lo llevé hasta mi cuarto, con las manos entrelazadas.

Lo hice sentar en la cama y me subí en su entrepierna, y moví mis caderas para hacer fricción.

Hasta que lo besé, como nunca antes lo había hecho, con tanto erotismo y amor. Nuestras lenguas bailaban en un dulce compás, tan perfecta. Mis manos bajaron hasta el final de su camiseta y se la saqué sin más.

Me arrodillé frente a él y comencé a tocar la tela de su pantalón por la parte de la entrepierna. Sin más, desabroché su pantalón y lo bajé con su bóxer de una vez... Dejándome ver su erección, como a mí me gusta, sin el bóxer de por medio.

Comencé a acariciar su erección de arriba hacia bajo, sintiendo como se estremecía a mis caricias. Sonreí mirándolo y comencé a lamer lentamente la punta y las venas que se resaltaban deliciosamente, haciendo gemir a JungKook.

Intenté meterlo completamente en mi garganta, pero su para nada pequeño amigo chocaba con mi campanilla, haciéndome atragantar obligándome a cerrar los ojos e intentar ni lagrimear.
Cuando sentí que tomaba de mis mechones de cabello para profundizar la penetración, me mira y me susurró un: "sube", y inmediatamente hasta que nuestras caras quedarán a pocos centímetros de distancia.

Él es hermoso, y estoy enamorado de él.

Me besó fugazmente, eliminando la esencia de presemen que había dejado en mi boca y labios. Me recostó en la cama mientras me quitaba mis pantalones y mi bóxer también. Luego me dio la vuelta, haciendo que solamente mis rodillas y mis manos tocaran la cama, dándome una posición de gatito, con mi trasero un poco elevado.

Empezó a lamer tres de sus dedos, mientras yo solamente me sentía expuesto... Pero es que todo era tan excitante. Metió los tres dedos de golpe, haciendo que yo diera un brinco y dejara salir un pequeño grito de dolor.

—Solo hazlo ya, Kookie.– dije suplicante.

Sacó los tres dedos sin decir nada, solo dándome una no tan fuerte nalgada.

Tomó su pene masturbándolo un poco y lo introdujo lentamente en mí, tratando de no lastimarme. Sacándome un suave gemido. El sentimiento de como me hacía sentir tan lleno y como su piel se unía con la mía era más que excitante.

Mis paredes anales amoldaron perfectamente a su pene. Éramos compatibles.

Tomó mi cintura acomodándose, esperando a que me acostumbrara.

—Ya puedes moverte.– dije en un pequeño susurro.

Empezó lento para que me acostumbrara más al intruso que estaba dentro de mí cuerpo, para luego hacerlo fuerte y rápidamente, realizando un excitante sonido.

—A-ah.– comencé a gemir al notar como mi entrada se apretaba contra JungKook, haciéndolo suspirar.

Se acercó a mi hombro izquierdo para morderlo y dejar un pequeño hematoma.

Bajé mi pecho, pegándolo en las sábanas, dejando que fuesen más profundas y fáciles las embestidas. JungKook cada vez se movía más rápido, rompiéndome dulcemente.

—J-JungK- ¡Ahí! ¡Ahí!– grité sin pudor alguno, había tocado mi punto dulce y yo ya estaba viendo el paraíso.

Sus manos se dirigieron a mis hombros, agarrándolos fuertemente mientras soltaba incoherencias al igual que yo. Los dos estábamos punto de llegar al clímax.

Luego de varias estocadas dando en mi punto, me corrí haciendo que mi entrada abrazara el pene de JungKook de una manera más que deliciosa. JungKook dio unas cuantas estocadas más, y se corrió dentro mí. Sacó su miembro, sacándome un suspiro, haciendo que el semen bajara lentamente por mis muslos.
Me tiré a la cama exhausto y él se acomodó al lado mío, estábamos tratando de calmar nuestras respiraciones. Luego se acercó un a mí, abrazándome por la cintura y atrayéndome a él.

Se acercó a mi cuello y dejó varios besos en él, haciéndome suspirar ante cada beso.

Sentía que estaba a punto de caer dormido, pero primero debía de decirle eso tan importante a JungKook, así que me di la vuelta para hablarle.

—Tengo algo importante que contarte, hyung...– dije con un deje de nerviosismo.

Nos miramos bajo la atenta luz de la luna, podía. Era perfectamente su sonrisa tan hermosa.

—Cuéntame, bebé.– dijo en un murmuro.

—Tal vez te llegues a sorprender o algo, es decir, yo reaccioné mal.– comencé a balbucear.

—Dímelo ya JiMinie.– acarició mi mejilla.

Me acerqué a su oído murmurándole aquellas intensas palabras, dejándolo en shock.






Todo era extraño.

Ahora todo cobraba sentido. La persona por la que se masturbó fue nadie más que

Su hermano gemelo.

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VIDEO P0RN 💦 KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora