Hola, Filia.
Lamento contestarte semanas después, pero con el luto y todos los cambios en mi hogar...realmente no he tenido mucho tiempo para descansar. E incluso cuando intento descansar, la imagen de mi hermano me acecha, me persigue.
Recuerdo sus consejos, su amor, su figura cuidándome todos los días. Recuerdo como nos prometimos estar junto al otro, siempre. Olvidando el mundo y sus problemas, juntos como los hermanos que eramos.
Puedes decir cuanto quieras que eras su mejor amiga, pero nunca fuiste su hermana.
Te conozco desde que yo tenía cinco años y tu tenías diez, y no te voy a negar que aprendí a cogerte cariño. Sin embargo...¿cómo se te ocurre preguntarme esas cosas?
Tú sabes lo que le hiciste a mi hermano. Si tú hubieras actuado como debías, Mateo seguiría acá.
Así, tal vez mi casa no sería un completo desastre. Tal vez mi padres aún se hablarían, y yo no tendría que trabajar todas las noches en un bar de porquería, al cual ni siquiera debería entrar según la ley.
Quiero que recuerdes que Mateo fue perdiendo el interés por muchas cosas, pero hubo una cosa por la que nunca perdió el interés: tú.
Así que espero no volver a recibir una carta tan ridícula como la que me enviaste. Espero que Mateo responda tus plegarias al maldito cielo, y que así de una puñetera vez veas la verdad.
Espero, anhelo, que veas que hubo una razón por la que mi hermano, mi otra mitad, mi inspiración...decidió irse de este mundo con tan solo veinte años.
Esa razón fuiste tú.
Te lo acabo de decir, Filia, llegaste a ser lo único que le importaba a Mateo, y eso solo fue su boleto directo a su propia tumba.
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Mateo, Dime Por Qué
Historia CortaMateo se suicidó una noche de mayo. Filia sabía que él quería hacerlo. Filla podría haber hecho algo. Filia hizo lo que consideró correcto, pero Mateo aún así decidió quitarse la vida. ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué su mejor amigo la había dejado? ...