Y llegaba a casa y mis ojos se cristalizaban, no voy a llorar, no iba a llorar pero algo se rompía dentro de mi. Muy de a poco yo me iba hundiendo por acumular las cosas, por no decirlas, por mis actitudes tan frías, poco a poco yo iba fingiendo que era feliz aunque vivía triste y abrumada, poco a poco me voy cayendo y ya no hay salida, ya no hay luz.
Veo ocurridad, la siento y me gusta, me gusta estar sola, nadie me crítica ni me dice que hacer, soy solo yo y nadie más.
Es linda y dolorosa la soledad y aunque de a poco ya no siento nada más que dolor me gusta, me gusta sentirme así.