[ scum's wish ] ;, クズの本懐 na jaemin !

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Julio.

Acaricié su escritorio suavemente y recosté mi cabeza sobre el.
Quería sentir parte su esencia, tal vez rastros del aroma a libro nuevo que siempre tenía.

Pensé que eras mi alma gemela.
Estoy segura de que no hay nadie mejor que tú.

—Oh, ¿Aún estás aquí?

Me levanté con rapidez al verlo entrar por la puerta del salón con un par de cuadernos bajo el brazo.

—O-oppa...

Sonrió dulcemente y desordenó mi cabello.

—En la escuela es "profesor", Jieun.

—Y tú sabes que no es Jieun...

—Oh si es cierto, lo olvidé, señorita Min... Agh esta formalidad no se siente bien, ¡Te conozco desde que eras pequeña!

Le di la espalda tratando de ocultar mi sonrojo.

El viento soplaba entre las ramas de los árboles y se metía con pequeños silbidos por la ventana. Estar solos es muy agradable, aún más con el precioso clima de hoy.

Me preparo para volver a hablar cuando el sonido de la puerta reabriéndose retumba detrás de mí.

—¿Profesor Kim?

Mi expresión se endurece inmediatamente; es ella de nuevo.

—Ah, ¡Profesora Bae! —tartamudea. Yo respiro profundamente y me giro para mirar a la nombrada.

—Vaya, hola alumna Min —saluda desde el portal abrazando unos folios.
Me muestra su dentadura inclinando un poco la cabeza hacia un lado pero mi cara no cambia su estado.

—Hola.

Respondo cortante.

Él me interrumpe prácticamente corriendo a ella con notable nerviosismo.

—¿N-necesita algo?

Los observo desde mi lugar junto a la ventana sin decir una palabra.

—Olvidaste esto en la sala de profesores, tu carpeta —se acerca aún más a él y se la tiende con ojos sonrientes.

—Yo... Eh, muchas gracias.

Se rasca la nuca apenado y yo no puedo seguir presenciando la escena así que salgo por la otra puerta para evitarlos.

Arde.

Unos pasos fuera del lugar sumida en mis pensamientos choco contra el pecho de ese chico de cabello claro quién apenas se inmuta.

—No te vi.

Él ignora mis palabras y simplemente se queda quieto mirando con el semblante decaído a la entrada del salón de dónde se podía escuchar la conversación superficial de los mayores.

—¿Qué? —por fin baja la mirada — Ví todo, creí que llorarías.

—Idiota.

Murmullo antes de tomarnos las manos y ponernos en marcha uno al lado del otro.

Amor sin esperanza. Amor no correspondido. Amor doloroso... ¿Realmente son hermosos?

Ya detrás de la escuela, con un poco de falsa intimidad nos abrazamos; él acaricia mi cabello y se acerca a mi rostro, hacemos contacto visual unos segundos antes de comenzar a besarnos.

Yo no creo que lo sean.

Presiona mi cintura y yo sujeto sus hombros; al separarnos un fino hilo de saliva queda entre nosotros.
Volvemos a abrazarnos con los párpados cerrados y la respiración agitada.

Ambos estamos saliendo. Pero...

—Oppa...

—Noona...

Cada uno de nosotros es el reemplazo de alguien más.

PRÓXIMAMENTE¡!