Estoy bastante molesto, es domingo y se suponía que mi plan de todo el día era quedarme a invernar en mi camita como cualquier adolescente que le gusta desvelar, pero mi madre no comparte mis ideas y en lugar de aquello me ha parado a punta de chanclasos.
—¡Julián! Sal de ese baño de una vez!!!—grito mi madre desde la planta baja.
—¡Ya voy!—le respondí mientras acababa de cepillarme los dientes.
Me vestí a la velocidad de la luz no quería que se enfureciera más de lo que ya estába.
Baje las escaleras encontrándola sentada en la mesa con mi hermano Damián y mi hermanita Sonia.
—Necesito que vayas por unas cosas para el desayuno—
—¿Pero porque tengo que ir yo? Este Damián solo se está haciendo estupido—trate de justificarme.
—Porque te estoy mandando yo—contestó mi mamá sería.
—Esta bien ya voy—no puedo luchar contra eso, mejor lo dejo por la paz.
Damián se burló de mis desgracia mientras yo busca las llaves para poder salir.
—¿Tu de que te ríes?—mi madre lo regaño —A ti te toca trapear y barrer—
—Ja—río Sonia mientras nos señalaba a los dos.
Antes de ver que castigo le pondría mi mamá a mi hermanita de 6 años encontré las llaves bajo una vasija y salí por la puerta.
Tome mi vieja bicicleta y me dispuse a pedalear a mi destino con una cara de muerto provocada por el cansancio.
Estaba observando todo el panorama, siempre me ha gustado salir en bici y recorrer todo el vecindario, desde mi zona que se podría considerar la de la gente normal, hasta la de los ricos en el barrio alto donde se encontraba mi destino.
Me sorprendí al ver que en una de esas bellas casas alguien se estaba mudando, se veía que eran muy acaudalados por todos los inmensos muebles que bajaban del camión de la mudanza y los costoso autos de fuera.
De uno de esos deportivos carros bajo un chico que captó mi atención, estaba vestido con un traje totalmente negro de pies a cabeza y un rostro extrañamente seductor a la par de peligroso.
Por mi enorme distracción no note que había un arbusto frente a mi chocando descaradamente contra el y pegándome en el suelo.
Me paré a la velocidad del rayo esperando que nadie me observará, pero unos penetrantes ojos azules ya estaban clavados en mi.
Eso que había quedado en el suelo que no pude recoger era ni dignidad, lo mire de reojo mientras levantaba mi bici, era mi táctica de disimulo.
El no apartó ni un instante su vista de mis acciones y ni tampoco quito esa sonrisa burlona de su rostro.
Es un cretino, en lugar de que me venga ayudar, bueno la verdad es que tampoco quería que se me acerqué, no sabría que decirle por mi pequeño accidente.
Me monte de nuevo a mi bici con el cuerpo muy adolorido y raspado por la caída y fui por el encargo de mi madre de la manera más rápida que podía llegando a casa un poco más tarde de lo normal.
—¿Se puede saber porque a esta hora?—su voz se oía algo molesta.
—Había mucha gente—me inventé.
Me puse a jugar con Sonia mientras mi mama terminaba la comida, me gustaba mucho pasar tiempo con ella, hacer lo que mi hermanita quisiera para mantenerla contenta y ver una sonrisa en sus labios.
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Deliver Me (Yaoi/Gay)
WerewolfEn una pequeña cuidad en el norte de Estados Unidos empiezan a pasar sucesos extraños con la llegada de una nueva familia adinerada. Julián un joven tranquilo y amistoso es afectado por estos cambios al conocer a Froy un chico arrogante y perfecto a...