Los gemidos de Zayn inundaban su habitación, agradecía internamente no tener vecinos cerca porque de otra manera estos le dirían a sus padres que su hijo estaba haciendo sonidos extraños. Volvió a bajar su cuerpo soltando otro suave gemido y rió para sus adentros al imaginarse a sus padres reprochandole.
Se levantó del suelo de su habitación y secó el sudor de su frente. Hacer ejercicio siempre le dejaba cansado y sudando como un cerdo, además de algo adolorido; caminaba hacia el baño pensando en darse una ducha cuando escuchó la puerta principal cerrarse y el llamado de su madre.
Por fin han llegado.
Salió de su habitación sin importarle el sudor que mojaba su camiseta y que caía por su frente. Bajó las escaleras rápidamente y al ver a sus padres sonrío, le dió un abrazo a su madre quién en seguida le reprochó.
–Vamos, Zayn.–se quejó empujando a su hijo después de corresponder el abrazo por sólo un segundo–Hijo debiste darte una ducha antes de bajar, mete esa ropa a lavar y además deberías recoger ese desastre en tu habitación.–Zayn se acercó a su padre para saludarlo también, habían estado fuera todo el día y ya se le había hecho costumbre darles un abrazo al verlos, así no se hubieran separado por mucho tiempo.
–Papá, ¿me compraste lo que te pedí?–su padre asintió y Zayn sonrió como si fuese un niño pequeño mientras su padre sacaba de una de las bolsas una caja con una consola.
–El nuevo PlayStation, que lo disfrutes.–le sonrió a su hijo quien rió de forma leve.
–Es un Nintendo papá, no un PlayStation.
–Cómo sea, hijo.–esta vez fue su padre el que rió.
Estaban todos sentados en el comedor degustando de la comida rápida que habían comprado los padres del moreno. Zayn se encontraba concentrado en su plato con comida china, hasta que en un momento notó la mirada atenta de sus padres sobre él. Levantó la mirada elevando una ceja.
–¿Pasa algo?–sus padres asintieron con la cabeza.
–Nos vamos de viaje esta tarde, debemos resolver algunas cosas del trabajo en Estados Unidos.–el menor frunció el ceño.
–Ya se habían ido de viaje antes, pero no a otro continente.–Zayn se encogió de hombros, pensando que se trataría de algunas semanas.–¿Cuantas semanas?
–Nos vamos seis meses hijo.–esta vez fue su madre quien habló, Zayn casi se atraganta con su comida.
–¿Seis meses?–abrió los ojos como platos–¿Van a matar al presidente o algo por el estilo?–sus padres soltaron una carcajada.
–Por supuesto que no.
Zayn asintió llevando la mirada a su comida sin terminar, comenzó a comer nuevamente hasta que escuchó a su madre hablar otra vez.
–Tendrás un niñero.–Zayn miró a sus padres incrédulo, no lo podía creer.
¿Un niñero? ¿Es que habían perdido la cabeza?
–¿Un qué?–preguntó, aunque había escuchado con perfección.
–Jamás te habíamos dejado tanto tiempo sólo, Zayn.–su padre negó con la cabeza antes de hablar–No queremos fiestas, tampoco queremos encontrarte muerto por un incendio o algo como eso. Así que sí, un niñero y no hay reproches.
–Pero, papá...
–Sin reproches.–le interrumpió, el de ojos ámbar soltó un bufido para después terminar con su comida.
Ya habían pasado dos días, sus padres acababan de salir de su casa con las maletas hacia el aeropuerto. No dejaron a Zayn ir con ellos porque conocían a su hijo y además iban tarde, incluso podrían perder el avión.
El moreno marcó el número de Louis para contarle que sus padres ya se habían ido y este no evitó burlarse nuevamente de él acerca del niñero, Zayn rodó los ojos.
–Y dime, ¿cómo es?–le preguntó el de ojos azules.
–No tengo idea, no lo conozco. Sólo me dijeron que llegaría unos diez minutos después de ellos irse... Ah y que tiene veintidós años.
–¿veintidós? Pero no es tan mayor... Por lo menos no te tocó un abuelito.
–Aún no entiendo como es que creen que un chico de veintidós puede cuidarme mejor de lo que lo haría yo...–el timbre sonó y se levantó aún hablando por teléfono,–No creo que un idiota de veintidós...–abrió la puerta y su boca cayó al suelo–Oh por...
–¿Zayn? ¿Qué pasa?–le preguntó el más pequeño.
–Luego te llamo.–dijo rápidamente y cortó la llamada sin darle tiempo a su amigo de responder.–Liam...
El chico de ojos color avellana parecía tan sorprendido como él, sólo que seguía manteniendo su postura de seguridad intacta mientras que Zayn estaba a punto de babear al darse cuenta de que pasaría seis meses con el chico de la biblioteca.
–Zayn.–una sonría picara se posó sobre sus labios–Pasaremos seis meses bajo el mismo techo, quien lo diría...
Zayn estaba atónito. Lo único que pudo hacer para no quedar en ridículo frente a semejante hombre fue abrir la puerta un poco más y dejarlo pasar sin formular ninguna palabra, sólo con una sonrisa en su rostro que sólo significaba algo.
Problemas.