CAPÍTULO 2''LA PRIMERA NEVADA DEL AÑO''

4 0 0
                                    

       

A cada paso que daba, sentía a mi corazón acelerar su paso. Cada vez estaba más y más cerca, y yo no sabía que haría cuándo lo tuviera justo frente a mí...

Quería echar a correr, pero con el bullicio por la boda y toda esa prensa afuera del edificio sería difícil, por no decir imposible, siquiera pasar desapercibida por ahí. Tomé aire, y traté de tranquilizarme, cerré los ojos y esperé que mi corazón estuviera más tranquilo y mis manos dejaran de temblar. Esperé un largo rato que David estuviera conmigo, pero no pasó, cuando por fin abrí los ojos, me di cuenta de que había sido detenido por una chica. Bonita, un poco más alta que él, de cabello castaño y simpática al parecer.

Poco a poco comencé a caminar hacia dónde él estaba, con mi corazón de nuevo latiendo con fuerza. David y ella seguían conversando alegremente, pareciera que se conocieran de mucho tiempo atrás. Pasé a su lado, pero ni ella ni él parecen haberme notado. Di un largo suspiro cuando estuve cerca de la puerta de entrada. La seguridad del hotel parece haber echado a la prensa, pues ya no veía ningún periodista cerca.

Empecé a caminar sin rumbo, había salido ya del hotel y solo quería despejar mi mente un rato. Iría con Ed a la fiesta de la universidad. Si, llamaría a Ed, y le diría que pasara por mí al Shake Shack.

Había comenzado a nevar, y la noche se había vuelto más fría de lo que ya era. Pasaba de la media noche, por lo que oficialmente era año nuevo

Parece que se ha olvidado de que me ha visto, es mejor así,

- ¿hola? ¿Fer, eres tú? - la voz de Ed casi no se escuchaba, la música y todas las voces a su alrededor hacían que se perdiera- ¡Fer! ¿Puedes escucharme? - sabía que ahora estaba gritando, su voz sonaba más aguda, muy forzada.

- ¡Ed! Cariño, con trabajo te escucho, ¿en dónde estás? ¡Me estoy congelando aquí! -imité a Ed y también le grité al teléfono, el lugar estaba solo, así que no habría problema de molestar a nadie.
Una fuerte ráfaga de viento frío sopló de pronto, arrebatándome mi gorro de la cabeza y haciéndolo volar hacia la avenida. - ¡Maldición! - bufé al teléfono mientras empecé a correr detrás de él.

- ¿Qué pasa Fer? ¿Amor te encuentras bien? - Parecía que Ed se había alejado del tumulto en dónde había estado, su voz sonaba más tranquila y pude escucharlo sin mucha dificultad esta vez.

- ¿Qué? Ah sí, estoy bien cariño, solo que...-en ese momento la llamada finalizó, la señal suele ser mala en estos días, el día en que todos llaman a sus familiares para desearles un buen inicio de año, pero que lamentablemente el resto del año todo se queda en palabras bonitas y buenas intenciones.

Guardé el celular y seguí corriendo detrás del gorro, pero éste cada vez se alejaba más y el viento soplaba cada vez más fuerte, haciendo que la temperatura poco a poco comenzara a bajar.
Cuando llegué a la esquina de la avenida, sólo veía una mancha roja arrastrándose por el suelo al otro lado de la acera. A esta hora no solía haber tráfico, así que decidí cruzar la avenida rápidamente sin mirar si quiera. Estaba dando mis primeros pasos, cuándo el sonido de un claxon se escuchó terriblemente cerca de mí. Mire hacia la derecha, y a pocos metros de dónde estaba, venía a toda velocidad un autobús de pasajeros. Yo solo me quedé paralizada, mirando fijamente las luces de los faros y esperando el momento del impacto, pero no llegó. Justo cuando estaba a nada de golpearme, sentí una mano tirando fuertemente de uno de mis brazos. Mi cuerpo giró bruscamente hacia atrás y sentí como caía al suelo, mi mano derecha fue la que recibió el golpe de la caída, mientras el resto de mi cuerpo caía sobre alguien más.
De pronto escuché la risa de quién quiera que haya sido la persona que me salvó. Por el tono de voz perceptible en su risa, y el aroma de su loción, yo diría que era un chico.
- ¿Estás bien? ¿Por qué ibas a cruzar la calle sin voltear? ¿No escuchaste cuándo te grité que venía el autobús?- yo también había estado riendo junto a él, pero cuando escuché esa voz una descarga eléctrica me recorrió el cuerpo, sentía arder mis mejillas al mismo tiempo que mi mano se congelaba al roce de la suya, me costaba respirar y mi corazón volvía a latir acelerado.
Me levanté rápidamente para evitar tener que verlo, pero en mi torpeza me volví a resbalar con la nieve que estaba comenzando a caer en ese instante
-¿hola? ¿Me escuchas? - me inquirió mientras me extendía su mano para ayudarme a levantarme por fin. Indecisa acepté su ayuda y me puse en pie a contra picones y casi volviendo a resbalar, aunque fui detenida por un abrazo de David que impidió que cayera.
-di algo Fernanda por dios! No puedes quedarte muda cada vez que lo veas, tienes 22 años y estas a punto de terminar la universidad, ya no eres una niña- me repliqué a mí misma en silencio- Eh, si disculpa, quedé un poco shockeada por t...an fea situación, yo...tú... Eh, es decir, gracias por lo que acabas de hacer por mí, de no ser por tu ayuda estaría camino al hospital ahora mismo- mi corazón había alentado su paso y por fin pude hablar bien frente a él
-Descuida, no es nada- me sonrió dulcemente, una sonrisa que sólo él sabe hacer- pero deberías tener más cuidado al cruzar las calles, sobre todo en una ciudad como esta. ¿Por qué tenías tanta prisa? ¡Te lanzaste sin mirar si quiera! - me estaba reprendiendo, sus muecas, su mirada y el tono de su voz me lo decían. No pude evitar reír en voz alta, David solo me miraba extrañado, pero al cabo de un instante, comenzó a reír conmigo también. -Discúlpame, yo... no debí hablarte así, pero me asusté al verte cruzando la calle sin mirar-

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 28, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Recuerdos de un amor perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora