♡「ϻás y ɱás」♡ ➳(Escrito Propio)

Acto III: ϻientras más entro, más sospechoso eres. (el...)

El invierno había llegado, causando en SungGyu un frío que quebrantaba sus huesos. Se notaba tanto que ya el invierno tomaba posesión del ambiente, causando fuertes nevadas y la necesidad de calentar su cuerpo con el de alguien más. Para SungGyu esta época si iba ser una tediosa, pues aun no lograba calentar su cuerpo con ese 'alguien'. Sumándole, las noches de insomnio que empezaba a padecer, pues cada vez que cerraba sus ojos para descansar, su mente le recordaba que aún no ha obtenido lo que el tanto veneraba.

Pero con el tiempo eso sorpresivamente fue cambiando, ese caparazón que tanto quería quebrar se fue craqueando solo, dejándolo por fin entrar y tener la oportunidad de ver en su interior.

Cada vez que WooHyun aceptaba una invitación de parte de SungGyu para salir en una nueva aventura casual, WooHyun cedía un poco de si en cada nuevo intento que SungGyu ejecutaba para hundirlo en el mar de la seducción. En varias ocasiones milagrosamente logro tener el tipo de atención que SungGyu quería recibir por parte de WooHyun.

Pero, aun WooHyun no cedía por completo el néctar de su jugosa piel.

Acariciar esa sueva piel de algodón en su más vulnerable momento era su finalidad y no se iba a dar por vencido hasta lograr entrar en su interior por completo.

Una invitación a un bar para tomar unas cuantas copas, bailar estrujando cuerpo con cuerpo como si no hubiera un mañana, unas cuantas caricias 'accidentales' que con el pasar de las horas se volvían indiscretas y el efecto del alcohol haciendo acto de presencia por las venas, fue el detonante para que al fin WooHyun cediera por completo el néctar de su jugoso cuerpo.

♪♫ Así susurrándome, Tú te vienes a mí.♪♫

El poder del convencimiento era muy poderoso, los encantos de SungGyu era una peligrosa tentación para acceder en el juego de la lujuria. Ya no aguantaba seguir pasando por alto los encantos y las indirectas que SungGyu persistentemente soltaba.

"¿Qué tal si nos vamos para mi apartamento?", cuando esas palabras fueron pronunciadas, con el aroma de la timidez mezclada con la rica fragancia de la seducción, por parte de WooHyun, SungGyu vio en ellas las campanas de la salvación. Una inmensa felicidad corría por su cuerpo acompañadas del gozo de saber que en pocos minutos iba a inyectar en WooHyun la pasión y el deseo que estuvo guardando por tanto tiempo en su desolado interior.

SungGyu al fin había logrado su misión/objetivo de conquistar tan sublime premio.

Estando ahí, en el apartamento de WooHyun, mirándose con una mirada que reflejaba gran anhelo por el otro. Dos simples palabras hicieron la función de abrir la grieta del deseo, dejando que floreciera intensamente la lujuria, "Se mío...", cuando SungGyu pronunció esas palabras vio pintados en los ojos de WooHyun la aceptación a su alusión, esos ojos color avellana iluminara el sendero por donde SungGyu desea pasar.

Iba a gustar cada pedazo de ese cuerpo con una calma que derrochaba un frenesí envolvente. Su cuerpo era el mejor poema de un poeta. Soñado con su piel, la inspiración llego tocando a su puerta y creando así tan obra maestra.

El descarado y sensual sonido de un zipper abriéndose retumbo en sus oídos. Los botones que impedían tocar esa piel fueron quitados del camino. Dos cuerpos desnudos ya comenzaban a subir por la montaña rusa del erotismo. Unos suaves besos mariposas fueron depositados en un blando vientre y también en su atractiva espalda. Sus besos mojados exigían más contacto, ya no era suficiente hasta donde habían llegado. Necesitaban llegar más a fondo y fue un beso el que les permitió tan sublime deseo. El beso negro que expande la entrada para preparar su llegada. Terciopelado interior que acepto y recibió amablemente su llegada. Provocando un marullo de fuertes embestidas y apasionantes gemidos. Ese descarado sonido del choque frenético de piel con piel lo envolvía aún más para que aumentara el hundir de sus caderas...