eighteen

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Lo aceptaba.

Ahora lo entendía todo, aquel extraño sentimiento que se alojaba en su corazón cada vez que el menor estaba cerca de él. Como su corazón se aceleraba con fuerza en cuanto Jungkook le tiraba un cumplido y cuando se miraban a los ojos.

A veces volvía a sentirse como un adolescente, como la primera vez que se enamoró, aunque siendo sincero llevaba enamorado de Jungkook desde que tenía dieciocho años y sin mencionar que fue su primer amor.

Algo estúpido porque llevaba casi tres años combatiendo esos sentimientos pero apenas los había aceptado.

–Vamos Hoseok, díselo. No puede ser tan difícil –como siempre Jimin apoyando no de la mejor manera, el pelinegro le miro entre perplejo y molesto –, bueno, tal vez si lo sea...

–No puedo Jimin, simplemente no puedo.

–Hoseok puede que tú te hayas dado cuenta hasta ahora pero los chico y yo nos dimos cuenta desde un principio de la conexión que existe entre ustedes dos, créeme están destinados a estar juntos.

–¿Tu crees? –le miro con los ojos lloroso. Jimin sintió que su corazón se rompía al ver a su amigo así por culpa del estúpido de Jungkook.

–Claro que si, hyung. Debes hablar lo más pronto posible con él –Jimin se levantó de la cama mientras tiraba de las delgadas y suaves manos del pelinegro hasta que quedaron de frente. Limpio con uno de sus gorditos pulgares las pequeñas gotas saladas que se asomaban por los bonitos ojos frente a él.

–Bien, lo haré.

–¡Llámale ahora y véanse ya! –el menor corrió hasta el teléfono en su habitación enredándose con el cable hasta hacerlo tropezar y casi estrellarse contra el piso. Qué bueno que era muy ágil y flexible. Le extendió el teléfono esperando a que el mayor lo tomara, Hoseok dudoso tomo el aparato marcando el número del menor con la esperanza de que este no le cogiera el teléfono.

Uno, dos, tres pitidos.

–No contesta.

–Se paciente, sabes que puede estar entrenando.

Cierto, Jungkook era parte del equipo de futbol. Seguramente ahora mismo estaría completamente sudado en el campo de la escuela, ejercitando aquel musculoso y fibroso cuerpo deleitando los ojos de un montón de chicas, quienes seguramente lo estarían disfrutando mucho y él estaba allí como tonto llamándole.

–¿Hola? –dijeron al otro lado de la línea.

Aventó el teléfono enojado mientras se tiraba en la cama y comenzaba a patalear como un niño de cinco años al que le habían quitado un dulce.

–¡¿Por qué hiciste eso?! –grito exasperado Jimin viendo su teléfono completamente roto, ahora que mierda iba a decirle a su madre. Sin embargo toda molestia se disipo cuando escucho los lloriqueos mezclados con insultos de su amigo contra la almohada, se acercó despacio y comenzó a acariciarle la espalda. No sabía si reír o consolarlo.

–¿Por qué eres tan dramático siempre hyung?

o-o-o-o-o-o-o-o-o

Hoseok se quedaría en casa de su amigo, aviso a su hermana para que le dijera a sus padres. No le preocupaba lo de la ropa porque el castaño tenía un montón, algo de su armario seguramente le quedaría, menos de su retaguardia.

–¿Cómo le haces para tener un culote así de grande?

Jimin casi se atraganta con un el agua que estaba tomando, tosiendo con mucha fuerza se golpeó en el pecho esperando que la horrible sensación de ahogarse se fue, miro indignado al mayor quien estaba en su cama mirando el celular como si hace un segundo no hubiera estado a punto de morir.

eighteen ➳Junghope OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora