La supuesta ayuda

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GUILLERMO
Iba pasando por la calle, bien tranquilo, cuando miro el hermoso cuerpo de mi novio y futuro esposo, solo que el no lo sabe. Me le iba acercar, para conversar, pero en eso veo que se acerca un hombre con pasa montañas, que lleva un pañuelo en mano, yo observaba como el sujeto le ponía el pañuelo en la boca y Samuel se desmayaba, en ese momento no supe que hacer, no sabía si llamar a la policía o que. Así que mejor espere hasta que la persona que llevaba a mi compañero en brazos se fuera, para yo después seguirlo.
*Después de unos minutos de ver como cargaban a mi crush*
El señor entro a su camioneta y manejó, no iba rápido, iba manejando lento. Yo solo los seguía disimuladamente, hasta que paró en una casa algo vieja, pero que estaba alejada de la ciudad, esperé de nuevo, hasta que llevasen a mi Samu hacía esa horrible casa. Esta vez el sujeto se tardó más tiempo en jalarlo, pero lo pudo entrar, cuando ya estuvieron adentro cerro la puerta.
*Después de media hora*
Salí de los arbustos, y me llené de valentía para tocar la puerta, después de unos cuantos golpes un joven me abrió la puerta, pero no cualquier joven, ese joven era.....

........
Escuche que alguien tocaba mi puerta, así que decidí ir haber quien era, cuando abrí la puerta, vi quien era, era Guillermo Diaz, el chico con los ojos achinados, y uno de mis viejos amigos del colegio, el chico estaba estaba demasiado sorprendido, de quien era, lo vida en su mirada, ya que tenia los ojos como platos, antes de que dijera alguna palabra, tome el pañuelo que tenia encima de mi mesita a lado de la puerta, y se lo puse en la boca, por suerte el no hizo ninguna lucha y se quedó dormido.
Tuve que jalarlo hasta el sótano, para que le haga compañía a mi nuevo amigo, lo senté en una silla, lo amarre y le tapé los ojos, pero a este le puse una mordaza para que no le dijera a mi invitado, quien era yo o quien era el. Cuando me iba a ir del sótano, una voz aguda me lo impidió.
Samuel: ¿Qué vas hacer conmigo?- Sonreí ante su pregunta.
.....: Aún no lo sé, ya que te queria utilizar como juguete sexual, pero como acaba de venir un invitado especial, creo que no te usare yo, si no el, bueno si quieres.
Samuel: Yo no quiero hacer nada con nadie.
.....: No te estoy preguntando, solo te estoy diciendo, para que vayas preparando ese bicho que tienes en tus pantalones- Dije lo último para acercarme a sus pantalones, para desabrocharlos, ya desabrochados, ibo masturbando a su amiguito encima de la tela del bóxer.
.....: Amiguito nada, esa cosa la tienes enorme- Dije sorprendido, a lo que el solo rio.
Después de un rato vi como en su rostro se veía que se iba a venir, así que decidí parar, a lo que el me gruño.
......: Todavía no, aún te tiene que utilizar alguien.- Dije riendo malvadamente.
Samuel: Cuando me pueda escapar te partiré la madre- Dijo enojado.
......: Si es que te escapas, ahora cállate, que nuestro invitado quiere dormir.
Samuel: ¡No me voy a callar!- Dijo cabreado.
......: ¿Cómo que no?- Dije agarrando una mordaza que estaba en el suelo, ¿por qué antes no se la puse?, ¡estresa!
Samuel: ¡No quiero pues!- Dijo gritando más.
......: Es que, no te estoy preguntando, es una orden- Dije tratando de ponerle la mordaza- Ahora subete los pantalones, a cierto no puedes- Dije antes de salir.
SAMUEL
Ese imbécil, me dejo con una erección, en mi estúpida ropa interior, bueno no apreta mucho, pero no puedo ni utilizar a manuela, mi vieja amiga, la cual utilizaba cuando Willy no estaba en casa, hablando de Willy, ¿El estará preocupado, por qué no llego?, no pienses estupideces Samuel de Luque, el tiene ¿novia?, porque para mi parecer, parece la mejor amiga. Estaba metido en mis asuntos, cuando siento que se mueve una silla, y alguien trata de hablar, pero no puede. Será una larga vida, y más con este zopenco.

Wigetta-SonámbuloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora