capitulo I Traición

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En la edad media, en una provincia pobre al este de Europa, existió un conde llamado Alexey. Éste vivía en un gran castillo, en las inmediaciones de un frondoso bosque. El fuerte estaba lleno de lujos, nobles y guardias, debido a que este emperador era odiado por todo el pueblo porque los aldeanos eran prácticamente esclavizados por las leyes además que una gran hambruna asolaba el poblado, los únicos que eran solidarios con la villa eran los soldados renegados que se habían vuelto en contra de Alexey por las rigurosas reglas que regía sobre la pobre aldea. La milicia también estaba pasando hambre, su armamento no era bueno, carecían de armaduras y de entrenamiento en sus filas. Estos aprovechaban las penumbrosas noches para saquear los almacenes reales y robar toda la comida posible y luego dárselas a los campesinos. En este grupo de héroes se encontraban dos hermanos gemelos, Helena y Nathael, ellos siempre destacaban en los saqueos por lo que los nombraron líderes y estrategas, sus estrategias nunca fallaban y nunca tuvieron una baja aliada, a los asesinatos trataron de evitarlos siempre que fuera posible sin embargo una que otra vez tuvieron que matar guardias, el conde que se había percatado hace mucho de la existencia de este grupo "salvador" le guardaba un enorme rencor, ya que a menudo asaltaban sus reservas y mataban a sus guardias.

Una tarde invernal uno de los soldados que estaba preparando su equipo oyó que llamaban a la puerta.

-¿Quién es?- Preguntó curioso sabiendo que todos se estaban alistando para la incursión.

-Esteban- respondió una voz extraña.

-No conozco a ningún Esteban- y diciendo esto fue a abrir la puerta.

De repente un extraño encapuchado entró a su casa sin su autorización, este intruso era un total desconocido para el anfitrión. El propietario de la casa le invitó a tomar asiento por lo que esta persona se sentó en una silla de madera de pino y cuando reveló su rostro, un gran escalofrío recorrió por completo al dueño de la casa. Una gran cicatriz en el ojo izquierdo dejaba más que claro una ceguera en él, su cuerpo era robusto y parecía estar bien alimentado por lo que concluyó que no era del pueblo.

-¿De dónde eres? – preguntó el dueño de la casa mientras le servía un trago a su huésped.

El extraño hizo una extraña mueca como si estuviera riéndose, inmediatamente después de esto pronunció:

-Soy un guardia enviado por el mismísimo conde, el gran Alexey y vengo a decirte que si no nos brindas la información sobre su próximo saqueo al castillo mataremos a tu familia y a ti te torturaremos y te colgaremos en la gran plaza para que todos vean lo que les pasará a aquellos que osen desafiar la voluntad de vuestra majestad.

-Acepto –Dijo el soldado temeroso sin haberlo pensarlo dos veces.

Habiendo escuchado esto, el guardia se levantó de su asiento, se colocó su velo, agarró a su anfitrión y lo guió a la salida.

-¿Dónde me llevas? –preguntó aún más preocupado el soldado.

El guardia permaneció en silencio mientras miraba fijamente al frente. Ya atemorizado, el militar comenzó a sentir su corazón acelerado pero justo en el momento en el que se sentía más asustado, una cara amiga apareció. Era Nathael que estaba caminando por la calle.

-¿Dónde vas? ¿Quién es tu acompañante?- pregunto Nathael lleno de curiosidad.

-Este es Esteban, es nuevo en el pueblo, quiere unirse a nuestra causa y lo estoy llevando a conocer el caserío- dijo tratando de ocultar su nerviosismo – ¿tú dónde vas? Preguntó tratando de cambiar de tema.

-Yo voy a buscar a Helena y planear la estrategia para asaltar el castillo hoy a la noche, bueno, debo dejarlos e ir rápido porque ya queda poco tiempo, adiós- Y diciendo esto se marchó.

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⏰ Last updated: Dec 13, 2018 ⏰

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