SEGUNDA PUERTA

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Entré muy orgulloso de no haber muerto, ya adentro no había nada, solo una silla hecha de barro con decoraciones muy sádicas y frases no muy agradables, por el cansancio me senté en la silla (que era muy cómoda), yo muy envanecido (orgulloso) comencé a decir falacias (mentiras) sobre este lugar.

Cada vez sentía que más personas me miraban, me detuve un momento y escuché voces y otra vez los cuchillos, me froté los ojos por cinco segundos, cuando los abrí, estaba en un concurso, parecía el del año pasado que fue en abril, me mostraron como yo me burlaba de un indigente que también participó. Yo recordando que de tantas burlas el indigente me terminó ganando y él siempre fue modesto, nunca el indigente se burló de mí, en cambio él me dijo:

Tú te has estado burlando de mí apariencia lo cual tengo que decirte muchacho que la personalidad y los valores de uno valen más que cualquier palabra que uno diga, además los valores se muestran con las actitudes de la persona, como trata a los demás. Yo no vengo a refregarte mi victoria, no vengo en son de burla, yo vine hacia ti para hacerte recordar que la humildad vence al orgullo, mas estar orgulloso de uno mismo siempre es bueno solo si tus actitudes o palabras afectan a las demás personas, cada uno decide como quieres ser en un futuro.

Yo te doy este consejo para que no termines como yo, yo quiero un mejor futuro para las nuevas generaciones, por favor si algún día ves a alguien soberbio dale este consejo nunca vuelvas a cometer los mismos errores, aprende de ellos, que esos errores te den una lección y nunca más lo vuelvas a repetir.  

MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora