Querido Diario: Historia de mi Romione

La Madriguera

Querido Diario:
Aquí sigo con mi relato. Luego del entierro de Fred, todos volvimos a la madriguera. Durante una semana todos anduvieron como zombies, deambulando por la casa, casi no comimos. Nadie salió de su cuarto. Cuando empezaron a hacerlo, pude observar que Ginny y Harry habían vuelto. Me puse contenta, en estos momentos ambos se necesitaban el uno al otro, y estar separados les haría peor. En cuanto a mí, habían dos puntos que debía resolver. Mis padres, que seguían en Australia, y Ron. La guerra había terminado. ¿Que pasaría ahora con nosotros? Pero por suerte no tuve que ser yo la que buscara la respuesta. La semana que relaté estuve durmiendo en el cuarto de Ginny. Un día, por la noche, oigo a alguien tocando la puerta, y al ver a Ginny tan dormida decidí abrir yo. Ron estaba del otro lado. "Podemos... ¿Hablar?" Recuerdo que me dijo. Fuimos a la sala, y me senté a su lado. En un segundo me vi envuelta en sus brazos, y pude sentir como lloraba. "Hermione esto duele, duele mucho" "Lo sé, Ron, lo sé" de pronto me miró fijamente. "Hermione... Te necesito. Espero no parecer egoísta, pero lo único que puede hacer que el dolor se vaya eres tú. Contigo me olvido de todo, sólo queda lo bueno. Te... amo, y no pienso pasar un día más sin decírtelo" Pasaron unos segundos en los que mi cara debió ser de desconcierto, a juzgar por la de Ron. Pero no llegó a reaccionar que mis labios estaban posados en los suyos. "También de amo, nunca he dejado de hacerlo Ron"
Hablando de Roma, mi esposo acaba de llegar. Iré a servir la cena
Hermione