Querido Diario: Historia de mi Romione

Mis padres

Querido Diario: ahora que tendré más tiempo libre, seguiré con la historia de nuestras vidas. Suena gracioso decirlo así, en realidad es muy simple, pero es una de las historias favoritas de Rosie.
Pasó una semana, una perfecta semana desde que avisamos de nuestro noviazgo en la cena, hasta que me asaltó una duda. La guerra terminó, estaba todo perfecto con Ron. Era hora de ocuparme de mis padres. Se lo comenté a los chicos, y estuvieron de acuerdo conmigo. Ron tomó mis manos: "Sólo si voy yo contigo" asentí contenta, no podía estar saliendo mejor. Avisamos a los señores Weasley, y Molly propuso: "Oh bueno, Arthur podría avisar al ministerio y hacer que los busquen, y ustedes no tendrían que moverse de aquí" "Gracias Molly, pero prefiero hacerlo yo misma. Cuando los llevé, lo hice a espaldas del ministerio, y sé dónde están, así que si no les molesta... Supongo que partiremos la semana entrante" "¿partiremos?" Preguntó el señor Weasley, y cuando iba a responder habló Ron "Yo iré con ella, papá. Iremos en avión hasta Australia, y después nos apareceremos en casa de los Granger. No habrá nada de qué preocuparse. Hermione les devolverá la memoria y volveremos. Eso es todo" se sorprendieron un poco, pero al ver que todo estaba meticulosamente planeado, no pudieron quejarse. Inmediatamente fuimos a preparar las maletas. Estaba guardando mi bolso de cuentas cuando unos brazos aparición detrás mío, abrazándome por la espalda. "Así que... Nuestro primer viaje ¿eh?" Me di vuelta y besé al propietario de aquella voz. "Así es, amor. No es lo que siempre imaginé que seria nuestro primer viaje pero la pasaremos bien. Alquilé una habitación en un gran hotel. Seguro te gustará" "Si tú lo elegiste obviamente me gustará" Me besó, y volvimos a nuestro trabajo. Una cosa que no te he contado, fue que al quinto día de estar con Ron, Ginny me hizo una propuesta. "¿Puede venir Harry a dormir conmigo y tú vas con Ron? Sólo será por la noche, nadie se dará cuenta" me pareció mal al principio, pero luego de pensarlo me dije: somos novios, no será nada raro. Y así finalizo al ser interrumpida una vez más por los incesantes llantos de mi amada hija. Otro día sigo contando.
Hermione