El deseo de Kaylee [Serie Ice Daggers 1]

Capítulo XV: La vida y la muerte

Abrió los ojos y olió sangre, sintió un dolor horrible en su boca y mandíbula, estaba confundido.

Luke se levantó y buscó a Kaylee. Ella estaba sentada contra la pared, sus piernas flexionadas, sus brazos las rodeaban.

—¿Qué sucedió?

—Algo muy extraño ¿No te acuerdas?

Hizo memoria, y descubrió que no recordaba nada después del beso que le había dado, su cuerpo se encendió cuando recordó el sabor de su boca.

—¿Qué hice?

—Nada, solamente te fuiste, conocí a tu puma, debo decir que es todo un personaje.

"Mierda ¿Qué hiciste?"

—¿Te lastimé?

—No, solo insistió en que yo era tu compañera, algo absurdo en realidad, y como colmaste mi paciencia decidí enviarte a dormir.

Luke revolvió su cabello ¿Qué había hecho? Pensó una disculpa adecuada, pero encontró que su bestia interior, lejos de disculparse, seguía con atención cada movimiento que hacía Kaylee.

"Entonces es cierto" Kaylee era su compañera.

—No te disculpes —interrumpió sus pensamientos—. No hiciste nada malo, solo acabaste con mi paciencia por eso te golpee, mientras dormías he intentado buscar la forma de salir de aquí pero no encontré ninguna.

Su voz era fría, su mirada era de un azul pálido, ella había cambiado. Luke no percibía el calor que ella siempre le brindaba en sus gestos, en sus palabras, en su voz... Esta no era su Kaylee.

—¿Qué sucede?

—¿Además de la incertidumbre del destino de Sean y Derek, y del hecho de que moriremos en cuestión de horas?

Su puma se congeló, gimió en su interior por la repentina frialdad con que le hablaba.

—¿Por qué eres tan fría?

—No hay forma de escapar, nunca volveré a ver a Hunter. —Ella desvió su mirada.

Algo estuvo a punto de romperse en su interior, pero no lo hizo, porque sabía que ella no estaba diciendo la verdad.

En el instante en que quiso acercarse, la puerta se abrió, Walker entró junto con el lobo viejo del bar.

—¡Buenos días! —Exclamó Walker con entusiasmo— ¡Saluden al nuevo Alfa del clan Moon Fighters!

Todo se detuvo para él, por primera vez en su vida, tuvo miedo, por Sean, por sus compañeros de clan, por la familia de Kaylee ¿Los habían matado? ¿Qué pasaría ahora con su clan? Su corazón latió con fuerza, Luke miró a Kaylee, ella solo miraba a Walker con desprecio.

—Antes de morir quiero saber la verdad —dijo Kaylee.

—No, no tengo tiempo —Walker cargó seis balas en un revólver.

—No seas un idiota —le dijo el lobo viejo.

—A veces eres un fastidio.

—Merecen una muerte digna, si quieren saberlo es nuestro deber decirles.

—Bien, pero hazlo tu.

El lobo viejo suspiró.

—Hay un grupo de personas, muy poderoso e importante, que busca controlar a los cambiantes, en la junta del Congreso Mundial Cambiante se está proponiendo que los cambiantes tengan sus propias leyes y que los humanos no puedan intervenir en sus asuntos, esto significaría la perdida de muchos negocios que manejan estas personas. Así que ellos han decidido proponer primero un arreglo entre los Alfas de los clanes más importantes de América, como no se logró nada, decidieron reemplazar a los Alfas por gente que tenga intereses en común y poder así frenar el decreto.

—Ahora ya lo saben ¿Puedo matarlos?

El lobo viejo miró a Walker, y asintió.

—Perfecto. Las damas primero.

Luke dejó caer una lágrima, cerró su mandíbula con fuerza, pero nada podía hacer, la rabia y la impotencia se agolpaban en su cabeza. No podía ser más cruel su destino, haber encontrado a su compañera solo para verla morir.

Walker le apuntó a la cabeza, Kaylee no hizo nada, no temblaba, solamente mantenía su mirada fija en los ojos del lobo.

—Acepto mi muerte —dijo antes de que jalara el gatillo— ¿Pero al menos puedes acercarte? Sería más rápido y preciso el disparo, no quiero pasar ni un segundo más viendo tu asquerosa presencia.

"¿Qué demonios está haciendo? "

Walker se acercó, la pistola estaba a solo unos veinte centímetros de distancia, Kaylee permaneció rígida.

Walker jaló el gatillo y disparó.

El sonido aturdió a Luke, desvió la mirada hacia la puerta, pero en su lugar había una columna de polvo, y de ella varias figuras salían.

Alguien lo levantó del suelo, quiso resistirse pero luego reconoció el rostro de Terrence, uno de sus compañeros de clan, cuando al fin el zumbido en sus oídos se terminó, escuchó un quejido.

Miró hacia donde estaba Kaylee y... Todavía seguía de pie con el arma en su mano. Bajó la vista y vio a Walker en el suelo agarrando su brazo roto.

Luke buscó al lobo viejo y lo vio acorralado contra la pared por Harold y Jace, mientras que Hunter lo sostenía por la garganta, no entendía nada de lo que estaba pasando hasta que Terrence gritó.

—¡Todo despejado!

Sean y Derek avanzaron por la entrada, tenían sangre en sus manos, y se veían golpeados, pero estaban vivos. El miedo desapareció.

—Aten a estas bestias y arrójenlas a la camioneta —ordenó Derek a sus hombres.

Sean los liberó de sus cadenas mientras Walker y el lobo viejo eran atados.

Luke abrazó a su Alfa, sintió un gran alivio por verlo vivo.

—¿Cómo?

—Recibí tu mensaje, decidimos jugar su juego y ganamos.

Sonrió abiertamente, y hasta se atrevió a reír. Dejando a Sean, Luke buscó a Kaylee, pero ella ya no estaba en la habitación. Salió de ahí, la puerta llevaba hacia una escalera de piedra con una puerta inclinada, los habían recluido en un sótano.

Afuera seguía lloviendo, un montón de cuerpos yacían tirados en el suelo, evidencia de una batalla importante. No le interesó saber quienes eran, o si alguien de su clan había resultado herido.

Necesitaba encontrarla, abrazarla, arreglar cualquier error que había cometido cuando su puma tomó el control.

La encontró. En los brazos de Hunter, ella lloraba con mucha tristeza.

Su corazón se encogió cuando la escuchó decir:

—Sácame de aquí, por favor, Hunter aléjame de este lugar.