Trabajando para TVXQ (Fanfic)

Capítulo 3. La verdadera razón

Me veía en un campo lleno de flores hermosas, de todos los colores. El cielo azul claro encajaba perfecto con la escena. Respiré profundamente el aire puro. Hay mucha paz en este lugar. De pronto comienzo a escuchar una extraña melodía... ¿Qué será?

A medida que la razón vuelve a mí, me doy cuenta que he estado soñando y que la música es la que proviene de mi celular indicándome que es hora de levantarme. Intento estirar el brazo, como de costumbre, para apagar el molesto sonido. Pero por alguna extraña razón no puedo moverlo. Ahora que lo pienso, es como si hubiera una gran opresión en todo mi cuerpo. Con mucha pereza abro mis ojos lentamente.

Pero para mi sorpresa, lo primero que vi fue el rostro de una persona a escasos centímetros del mío. Esa persona me sonrió y me lanzó una mirada traviesa.

-Sabía que no debía confiar en ti.-me dijo mientras continuaba con su sonrisa. Entonces todo hizo un clic en mi cabeza. ¡Estoy en la cama de uno de los integrantes de TVXQ, con quienes ahora trabajo, aparte de ello está sin playera y lo estoy abrazando!

-¡¡Aaaaaa!!- Grité tan fuerte hasta donde me alcanzó la voz y después intenté zafarme de la posición tan comprometedora en la que me encontraba. Pero en mi intento desesperado por lograrlo me caí de la cama. Sentía todo mi cuerpo adolorido. Pero aquél sujeto en vez de ayudarme solo asomó su cabeza hacia dónde me encontraba burlándose de mí.

-En serio no sabía que fuera tan irresistible... ¿Sabes lo que te harían mis fans si se enteraran que te escabulliste hasta mi cama por la noche?... definitivamente no pasarías del día de hoy.- Aghh, si no me doliera absolutamente todo, lo golpearía hasta quedar sin fuerzas. Pero no tiene caso, a fin de cuentas ellos vienen siendo algo así como mis 'jefes'.

-Ya deja de molestarme sonámbulo con intenciones ocultas. Mejor vístete que tienen compromisos desde muy temprano.- Le dije mientras me levantaba del suelo y me encaminaba rumbo a la cocina.

-Para tu información... ¡no soy sonámbulo!- me gritó para que pudiera escucharlo. La verdad no quiero saber si ayer en verdad estaba dormido o no. No cambiaría en nada las cosas y lo único que lograría sería querer alejarme de mi hermoso contrato millonario.

Entré a la cocina, la cual parecía muy ordenada para ser la cocina del departamento de cinco hombres. Todo allí estaba reluciente y pulcro. Me acerqué al refrigerador para revisar los alimentos con los que contaban. Una de mis labores como asesora es verificar que coman lo adecuado para que siempre luzcan saludables ante los reflectores. Había suficientes alimentos en el refrigerador, aunque en su mayoría comidas no muy nutritivas. Además pude observar una gran cantidad de bebidas... Definitivamente había mucho trabajo que hacer respecto a la alimentación de estos chicos.

Como no había tiempo para ir de compras, me puse a preparar un desayuno con las pocas cosas sanas que encontré. Allí había un lindo mandil decorado (me pregunto de quién será).Bueno, no creo que el dueño se moleste si lo tomo prestado... Estaba en plena preparación cuando...

-¿Qué haces en mi cocina y además con mi mandil?- el chico vanidoso apareció en el marco de la puerta. Llevaba puesta un pijama de colores pastel. Su cabello, que siempre había visto peinado, se encontraba muy desalineado. Tenía una mirada escalofriante, como si se tratara de un asesino en serie y yo fuera su siguiente victima.

-No sabía que fuera 'tu' cocina ni 'tu' mandil. Pero por si acaso estás ciego o algo por el estilo, lo que hago es prepararles un desayuno sano que les de energía para la grabación de hoy.-en su rostro se formó una sonrisa sarcástica. Se acercó hasta mí y detuvo mis manos impidiéndome seguir con lo que estaba haciendo.