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josh estaba haciendo lo más arriesgado de su vida, tenía una mochila en su espalda y un pie fuera de la ventana de la cocina.
"¿qué crees que estás haciendo?" una voz lo detiene, se gira un poco asustado pero se da cuenta que unos ojos claros lo observan, frank niega con la cabeza. "entra aquí"
sus labios tiemblan un poco y parece vacilar.
"no, iré a buscar a tyler, tengo que ir a buscarlo al hospital... no quiero estar aquí si él no está conmigo, por favor frank" suplica una vez más, se sostiene con más fuerza del marco de la ventana.
"josh, no puedes salir así porque sí, bajaste cinco kilos más en esta semana. tú cuerpo no aguantará correr otra vez, estás débil. podrías desmayarte o peor..." decide callar, el contrario entiende perfectamente lo que está diciendo.
"entonces déjame arriesgar un poco más"
(...)
"tyler, la habitación de tyler joseph"
"¿eres familiar?"
"soy su novio" la enfermera vio al tintado de arriba a abajo para después asentir "por favor, necesito verle..."
"sígame, aunque niño... deberías comer algo"
apretó los labios y se miro un poco, sus huesos ahora saltaban de manera exagerada; sus clavículas comenzaban a saltar aún más y los huesos de sus piernas comenzaban a deformarse. llevo su mano a su abdomen discretamente, ahora sus costillas eran las únicas que se podían notar, ni hablar de sus muñecas o brazos; parecían que desaparecerían en cualquier momento.
sus piernas comenzaron a moverse siguiendo a la enfermera hasta una habitación, viendo a toda esa gente que llego ahí por razones del destino, no porque ellos quisieron esa enfermedad... él tenía el poder de elegir y estaba eligiendo morir solamente por aquellos comentarios que lo destruyeron.
❝¡miren a josh, miren a josh!❞
apretó ligeramente sus labios, sus ojos comenzaron a cristalizarse. por aquel extenso pasillo se podía imaginar aquellos niños que lo molestaban, aquellos niños que le negaban jugar con ellos, aquellas personas que se reían día tras día, aquellos niños que lo empujaban por los pasillos o en los salones, aquellos niños que le miraban con repulsión, aquellos que lo llevaron hacer la persona que es ahora.
❝¡iugh! ¡el gordito de josh está llorando! ¡marica, marica, marica!❞
sus piernas comenzaban a caminar de manera más lenta, hasta que por fin la enfermera le indicó que esa era la habitación de tyler.
❝¿quién podría amar una persona como tú?¡solo mírate josh, das asco! ¡siempre estarás solo! ❞
"no..." su voz tembló al decir aquella palabra, soledad. como la odiaba, odiaba imaginarse que todos se iban de su lado por su forma de ser, tanto fisicamente y emocionalmente, odiaba imaginar que nadie lo amaría, que nunca se casaría, que nunca envejecería con alguien... odiaba esa imaginación, odiaba que esa voz que el mismo había inventado como un recordatorio de esas personas que lo lastimaron le recordará todos sus miedos.
"hey hijo, no sé qué suceda por tu mente aquello que te ha llevado a ser como eres ahora" la señora de ojos oscuros le sonrió amablemente y palmeo su espalda para después seguirse de largo. "pero si el jovencito de ahí adentro es tu razón para saber qué sigues con vida... abre esa puerta y si quieres morir, puedes venir conmigo a la salida del hospital"
sus labios se movieron hasta formar una línea recta, ¿y si tyler se daba cuenta de lo asqueroso qué es? ¿y si no le gustaba como dice ser? ¿y si... también lo lastimaba?
"tengo miedo..." confeso dando un paso atrás.
"el miedo te mata ¿sabes? no puedes vivir con miedo, vivir con miedo... no es vivir"
mike.
"lastime a alguien que no vivía con miedo ¿entonces soy el monstruo yo?" pregunta, temblando. "realmente... ¿debería estar aquí?"
"pregúntaselo" señaló con la mirada la puerta donde se encontraba tyler. "a él"
josh soltó un suspiro y empujó lentamente la puerta encontrando a tyler sin cabello. conectado a lo que parecía ser un oxígeno...
"¿josh?"
"hola ty"
mike tenía tanta razón, vivir con miedo no es vivir.
