Me toca a mi.

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Stiles se encontraba sirviendo a los chicos que llegaban al bar, estaba un poco cansado y estresado, unos chicos no habían dejado de acosarlo.

Fue entonces que su corazón se acelero, Derek caminaba a paso firme hacía él, le dijo un par de palabras a los borrachos y estos dejaron de acosarlo.

—Gracias Derek. —Intentó con todas sus fuerzas de que su voz no se viera afectada por el hombre frente suyo.

—Todo caballero salva a su princesa, pero como no hay princesa, pues el caballero tiene que salvar al burro. —Le di un codazo con diversión y me dispuse a seguir trabajando.

Después de unos quince minutos, mi jefa, Lydia, me pidió que fuera a unas de las habitantes, no me dejo preguntar y fui.

Camine por los pasillos, haciendo muecas asquerosas cada vez que veía a una pareja casi tener relaciones en los pasillos.

Sonreí al ver el numero de la puerta. Fue la misma habitación en la que le baile a Derek, después de eso él no deja de observarme, como un acosador.

Me gusta que me vea, Derek siempre me gusto más allá de lo normal, siempre tuve una especie de Crush con él.

A quien quiero engañar, estoy tan jodido por a verme enamorado de Derek Hale.

Narrador

Y no, el día en que dejo con una erección a Derek, no tuvieron nada, Stiles estaba muy avergonzado y Derek muy duro, por lo que Stiles se escondió con las chicas que bailaban y no se salio de ahí hasta que estuvo seguro de que Derek se había ido.

Entro a la habitación, esta era exactamente como la recordaba, pero sintió como algo lo jalo hacía adentro.

Estaba preparado para comenzar a gritar cuando sintió las tibias manos  de Derek sobre él.

El tacto de Derek sobre su piel jamás sería inconfundible.

—¿Q-Que demonios estás..

—Ahora me toca a mi, enseñarte. —Me sentó en el sillón, y como si estuvieran sincronizados, la musica comenzó a escucharse.

Cuando descubrí sus intenciones sonreí burlona mente. Y decidí aprovecharme un poco de la situación.

Jamás hubiera imaginado que Derek bailaría así, sin poder resistirme a la tentación pase mis manos por sobre su parte baja de la espalda, caderas y tocando alguna veces su trasero, que era grande y muy, muy, sexi.

El continuo bailando mientras yo me encargaba de acariciar su abdomen y demás. Sentía como algo había crecido entre mis piernas, no quería, quería que su baile fuera un fraude y burlarme de él, yo nunca creí, que sería tan genial bailando.

El tomo mis manos y las paso por detrás de su cabeza, acaricie su cuello sin poder evitarlo, comenzó a restregarse contra mi erección y solté un gemido, sonrió socarronamente y se quito de encima mío.

—¿Quieres que siga? A este paso vas a correrte. —Dijo con el mismo tono en el que lo había dicho yo.

—S-Sigue, Derek, baila para mi. —Sus ojos se volvieron rojos, al grado del Alfa y volvió a moverse sensualmente.

En El Bar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora