Invierno (James y Victoire)

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Disclaimer: El universo y personajes de Harry Potter no nos pertenecen sino que son propiedad de J.K. Rowling y WBS. Esta historia fue escrita únicamente con el fin de entretener.

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II

Invierno

James y Victoire

La nieve aún caía, ya era el cuarto día. Una fina capa blanca cubría como un manto el hielo del lago. James, desde la ventana, podía verlo todo. Los árboles blancos, la humeante chimenea de la cabaña de Hagrid. Sopló, y una nube perlada se unió al cristal, empañándolo.

Dibujó una sonrisa en lo que antes era su reflejo mientras otra idéntica se esparcía por su rostro, y una risa le hizo compañía.

—Nunca pude entender cómo es que este clima te agrada tanto.

James le enseñó los dientes, curveando más los labios hacia arriba. Le palmeó la espalda como respuesta, y lo llevó hasta la chimenea. Se sentaron en sus butacas favoritas, las que se veían más gastadas, y al sentarse se hundieron un poco. Su mejor amigo, que estiraba los pies para estar más cerca del calor, se estremeció cuando el retrato de la dama gorda se abrió para dar paso a dos alumnas que traían risas y una suave ventisca.

Una de ellas levantó la mirada, azul y profunda, al verlos allí les dedicó un saludo, cálido y educado. Acto seguido, haciendo ondear sus cabellos dorados, Victoire Weasley, se giró para decirle algo a su compañera. James levantó la mano, respondiendo al saludo de su prima, pero no estaba seguro de si ella lo había llegado a ver porque las dos chicas les dieron la espalda y se sentaron lejos, junto a la ventana donde James había dejado un soplido.

Otra vez sonrió. Eran muy pocas las cosas que James compartía con su prima mayor. Durante muchos años él pensó que el número de coincidencias era cero, hasta ese otoño.

El día en que lo descubrió, el patio cubierto de Hogwarts estaba repleto de estudiantes. Había llovido toda la semana y en ese momento las nubes grises se iban dispersando, poco a poco.

James jugaba pulseadas muggle con sus amigos, reían y al mismo tiempo discutían porque uno de ellos intentaba hacer trampa. James no recordaba exactamente quién, incluso podría haber sido él mismo. Y cuando estaban por dar como finalizada la batalla de pulseadas, coronando como campeón a Fred Weasley, una conversación se oyó por sobre las demás y los alumnos comenzaron a aglomerarse alrededor del punto de origen.

Ni James ni sus amigos podían ver nada, la escena estaba cubierta por capas de magos y los cuerpos de sus propietarios. De inmediato, movidos por la curiosidad, el pequeño grupo de Gryffindor se puso de pie y se abrió paso. James cerró las manos en puños.

Una niña de la casa de los tejones se encontraba en el suelo, sus libros de texto la rodeaban, algunas páginas estaban sueltas y un frasco de tinta se había roto, creando un charco negro contra el suelo de piedra. Eran tres los alumnos de Slytherin que, estando de pie delante de ella, la desafiaban e intimidaban.

Fueron dos las palabras que hicieron nacer una furia dentro de James: Sangre sucia.

Definitivamente no fue el único al que esas palabras le cayeron mal, se oyeron muchos gritos de protesta, pero antes de que alguien pudiera reaccionar y dar un paso al frente, los tres Slytherin ya se encontraban petrificados.

Victoire Weasley se adelantó entre el grupo de estudiantes, con la varita fuertemente apretada en la mano, James nunca la había visto tan enfurecida. Tras dar un sermón, sacudió su varita para deshacer el hechizo y gritó que se restaban cincuenta puntos a la casa Slytherin por cada uno de los responsables. A los tres los llevó hasta el despacho de la directora y se ocupó de que fueran castigados.

James no sabía que su prima mayor podía enfadarse así, no sabía que ella era tan audaz. Solo podía verla como alguien responsable y muy inteligente. Sabía que Victoire defendía a la familia por sobre todo lo demás, pero no tenía idea que también lo hacía con desconocidos. Aquel día, James descubrió una faceta de su prima que jamás había creído posible, ese día Victoire Weasley ascendió varios puestos en su lista de personas memorables.

El muchacho rió, volviendo al presente, Victoire había soltado una nube de vaho sobre el cristal y miraba sorprendida la marca de una sonrisa dibujada con anterioridad, sacudiendo la cabeza levantó su mano y esbozó otra a su lado. Se la veía tan tranquila y pacífica como siempre, quien la viese jamás podría adivinar que debajo de esa calma se escondía una leona. Cuando giró, sus miradas se cruzaron. Ahora, James sabía que a su prima le gustaba el invierno, igual que a él.

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2017 ⏰

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