Capítulo XX

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Se que me quieren matar... Estoy segura... Y también estoy segura de que entenderan que no pude actualizar por motivos personales. En fin les pido una sincera disculpa... Y en modo de agradecimiento por su perseverancia les traigo este capítulo.
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¿Como le dices a tu esposa que quieren matar a la mitad de tu pueblo y someterlo para luego esclavisarlo?

Sinceramente no se como responder eso, para mi hay solo una solución... Dialogar.

Estoy tan sumergido en mis pensamientos que no le estoy prestando atención.

- Maxon, estas bien - tratá de llamar mi atención, pasando una mano por mi rostro- Te duele algo, cariño, necesitas que llamé a un doctor.- finaliza y yo niego suavemente.- Oh bueno entonces que sucede, por que estas tan distraído.

- Cielo me amas?

Me mira como si lo que acabo de decir fuera un crimen. — Estoy segura que algo malo esta pasando, por que lo que acabas de preguntar es innecesariamente ilógico. ¿Maxon que esta sucediendo? ¿Esta todo bien? — suspiro aun preocupado por como se lo vaya a tomar — No, nada está bien.

Creo que con eso empeore la situación.

— No entiendo.

Haciendo un ademán para que continue hablándo. — Bueno la situación es esta: el reino de Alemania quiere “conquistar” Illéa— saco la carta que me mandaron y se la entregó — por eso quiero viajar hasta allá para saber que sucede por que nadie puede mandar una declaración de guerra y no decirte el motivo.

Le iba explicando lo que sucedió tal y como pasaron y lo único que logré fue que ella tenga el ceño fruncido. — Te acompaño — fue lo último que me dijo y yo estoy a punto de negarme rotundamente. — No es algo muy peligroso y no quiero exponerte de esa manera– si hay algo en esta vida que jamás me perdonaría por perder, esa persona es América ella lo es todo para mi– tranquila se que llegaremos a un acuerdo.

Sonríe. Al menos ella lo esta llevando mejor que yo, aunque nadie quiere que le declaren la guerra a su nación sin motivo alguno.

— Maxon puedo preguntarte algo.

— Ya lo estas haciendo.

Con la mirada rebosante de ternura y una pequeña sonrisa me da un pequeño beso. Ella sabe que hacer, me encanta que haga ese tipo de cosas. Tranquilizarme. Detiene el beso y me mira directamente a los ojos.— ¿Te acuerdas de los votos que dijimos en nuestra boda?. Recuerdas que te dije que estaría siempre contigo, sin importar lo que pase conmigo– asenti – pues creo que llego la hora de que cumpla esa promesa.

Suspirando pesadamente me imagino lo peor cuando ella recuerda que sacruficaria su vida por mi. Imaginar una vida sin ella es algo tan doloroso, seguiría viviendo, pero viviría sin más. Y tan solo pensar que ella ya no estará conmigo hace que lágrimas se acumulen en mis ojos.

— Entiendo, pero también hay que entender que no quiero perderte.— solté una lágrima y mi reina lo notó.

—¡Hey! Mi amor tranquilo, no me pasará nada, en cuanto estemos los dos unidos apoyándonos el uno en el otro, todo pero todo va estar bien.

Ahora soy yo el que le roba un beso lleno de pasión, ternura, necesidad, y el ingrediente que no puede faltar; amor y en grandes cantidades. Algo que no falta en ninguno de los dos.

Mi Vida a Tu Lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora