Estas atrapada en algo cínico y autodestructivo, los pocos momentos en los que todo estuvo bien te llenaron de valor, pero ahora te das cuenta de que es tan inservible como pluma en caída, no eres tan fuerte como necesitabas y eso te hace ser y sentir más débil.
Una suerte tan aleatoria decide mi libertad, quiero llamarle azar y me niego a creer en un destino, no se como llegué aquí, no se como terminamos asi y aunque creíste poder liberarme, agradezco los escasos momentos en que lo fui, aún si tu y yo no tenemos la certeza de que fue por tu causa.
Cuando tengo el control estás a gusto, llegamos a un equilibrio gratificante y me gusta tanto como a ti, y aunque en nuestro letargo sigamos concientes, él siempre desarrolla su tarea ignorandonos, tan mecánico él, y aunque sabe que estamos ahí, nunca hizo el esfuerzo por percibimos, ese ente vacio, rutinario y hasta cliché nos ignora y ni siquiera puede disfrutarlo.
Cuando vuelvo a tomar el control busco la manera de... Buscamos una nueva estrategia para cuando lo inevitable vuelva, no da resultado, la desesperanza no invade un poco más cada vez que vuelve y nada nos devuelve la soberanía.
También se encuentra cuando no... su presencia es palpable y cambiante, hace pequeños estragos aún cuando no está, desde que apareció, desde que me liberaste de mi, ya olvidada, prisión, ignorando que a él conmigo.
