Marcado

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El bullicio y los gritos no disminuían.

Era el festival deportivo.

Todos los alumnos se encontraban dispersos por los diferentes espacios deportivos.

El de básquetbol estaba en la cancha al aire libre. Todo estaba rodeado por alumnos, pues no todos los días miraban un partido de aquello.

Los mejores jugadores de su escuela competían contra ellos mismo.

Ambos equipos competían sin importarles que uno fuese de omegas.

Los pequeños y "frágiles" omegas no se dejaban de los alfas y betas.

-¡Vamos Takao-kun!- gritó emocionado un pequeño castaño. Su nombre Furihata Kōki, 17 años... y beta.

-¡Yo también estoy jugando, Furihata!

-Lo siento Sakurai-kun- dijo nervioso. Aquel porte en el Omega café era indicativo de que estaba molesto.

-¡Ya rindanse!

-¡Nunca, Ahomine-kun!

-Maldición, Tetsu. No me asustes así- gritó asustado de su mejor amigo doncel.

-¡Aomine no te distraigas con Kuroko!

-¡No me grites Bakagami!

Kōki se preocupó al verlos pelear. Ambos eran alfas puros. Por lo que la mayoría de alfas y omegas se habían alejado despavoridos.

Sus amigos Kuroko Tetsuya y Sakurai Ryō liberaron sus feromonas para calmar a sus parejas. Cosa que funcionó.

-¿Estás bien Furihata?- pregunto un alfa peliverde.

-S-Si...

Le hizo señas a su novio. Takao Kazunari corrió a reconfortar al pequeño beta.

-Tranquilo, Kōki-chan. Ya se calmaron.

Todos giraron al escuchar el hipo del castaño. Sabían que había tenido una mala experiencia en su niñez, y no le gustaba las peleas entre alfas.

-¿Qué sucedió aquí?

-¡Akashi!- dijeron con miedo. Ese era el peor alfa de todos.

-Me voy por cinco minutos y ustedes arman su alboroto. Omegas sin parejas entraron en crisis. La enfermera está vuelta loca. ¿Quién comenzó?

Desviaron la mirada.

Miró a cada uno de los presentes -Kagami. Aomine. 200 vueltas a la cancha.

-Pero Akashi.

-Furihata- el castaño salto -. Tú los vas a vigilar.

-Pero Furihata...

-Es por faltar el otro día ¿Entendido?

-Si.

-Ahora todos vayan a cambiarse. Los espero en la sala estudiantil.

______________

Kōki observó a ambos alfas correr las 298 vueltas. Admiraba la capacidad de esos dos alfas, ambos felinos.

-Aomine-kun. Kagami-kun. Se les hace tarde.

-Gracias Furi- Taiga sonrió al castaño y se dirigió al dormitorio.

-Nos vemos Chihuahua...

Su corazón latino rápidamente por ese apodo... ¿No era lo que estaba pensando?

Nego y tomó sus cosas. Se dirigía al dormitorio.

Iba tarareando cuando alguien paso corriendo a su lado, y detrás de él más personas.

Situación InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora