¿Tienes encendedor?

Chico del encendedor

Estaba cansado, la escuela me aburría y a pesar de ser tan fácil para mi, es complicado lidiar con todas las chicas que me siguen. ¿Qué cosa ven en mi?.

Hoy el día es increíble, esta nublado y el viento sopla fuerte, mis manos están heladas pero no me importa, busco en mi mochila mi tan ansiado cigarro pero al encontrarlo me doy cuenta de que había perdido mi encendedor, ¿Y ahora? ¿Qué haré? Dudo que algún idiota se ponga a fumar aquí afuera con este frío

Ya estaba resignado a no poder prenderlo, pensaba en mejor volver a casa hasta que en una banca no muy lejos de donde me encontraba había un muchacho fumando ¡El debe de tener encendedor!

-hola

-¿Hola?

-¿Tienes encendedor?

El muchacho no me contestó, de su chamarra gastada sacó el tan ansiado encendedor y pude prender al fin mi cigarro pero, cuando se lo devolví inspeccione mejor como era, alto pero no tanto como yo, con piel bronceada, rubio de ojos azules con piel canela, tenía sangre en el labio, seguramente alguien lo golpeó, se ve triste...No debería importarme, no es nada mío, no me interesa el chico del encendedor

-puedes sentarte, no muerdo

-¿Y quién te dijo que quiero sentarme?

-entonces congelate de pie, ¿Qué hace otro idiota como yo acá afuera con este frío?

-supongo que el vicio pudo más

Vi al chico del encendedor expulsar el humo por la nariz, se veía cansado. Terminé sentándome a su lado pero sin dirigirnos la palabra, degustaba gustoso mi cigarro de menta cuando el ya había terminado el anterior y encendía otro. El aire soplaba con más fuerza moviendo mi cabello con brusquedad, un escalofrío me recorrió el cuerpo ocasionandome un leve temblor ¿Él no tendrá frío?
No se movía, sólo respiraba y exhalaba el humo de su cigarro, verlo me daba frío, llevaba unos pantalones ajustados junto con una playera deslavada con su gastada chamarra ¿Será de la calle? Seguí observandolo sin que se diera cuenta, a su lado había una mochila, probablemente es un estudiante al igual que yo

-debo irme

-¿Y porque me avisas? No me interesa si te vas o te quedas

-Porque estabas muy entretenido mirándome. Nos vemos

-adiós chico del encendedor

El rubio se levantó de la banca y empezó a alejarse, es alguien raro pero, si no fuera por el no podría fumarme mi cigarro. Vi la hora en mi reloj y casi me daba un infarto, ya pasaban de las 6, se supone que ya debía estar en casa y a parte tengo que quitarme el olor del cigarro.
Con pesar lo apagué y de mi mochila saqué un chicle y perfume, así oculto siempre el olor de mis padres
Hora de regresar.

Cuándo llegué a casa mis padres parecían molestos pero no dijeron nada, nos sentamos en la mesa y tuvimos nuestra típica, callada y aburrida cena familiar, pero pronto podría irme de casa tal como lo hizo Itachi

-¿Cómo te fue en la escuela cariño? Hoy llegaste más tarde de lo normal

-bien mamá lo siento, me entretuve en la biblioteca, perdí la noción del tiempo

-espero que sea verdad y que no estés de vago perdiendo el tiempo Sasuke, no debes ridiculizar a la familia

-lo se padre

Después de aquello no se volvió a comentar nada en la mesa, tomé una ducha y me acosté en la cama, no tenía idea de cómo reaccionaría mi padre si se entera de que fumo, probablemente se molestaría y me obligaría a dejarlo. Incrédulos
Ya listo para dormir una imagen se pasó por mi cabeza, era el chico del encendedor, aunque no lo admita en voz alta, tenía curiosidad por su tristeza. Vaya estupidez

-¡Sasuke! ¡Sasuke despierta se te va a hacer tarde para la escuela!

Me levanté con pesar de mi cómoda cama para tomar una ducha rápida, me puse el uniforme de la escuela y bajé corriendo a la cocina, salude a mi madre tomé un vaso de jugo y me fui, vamos a la rutina de siempre.

El tiempo parecía ir a gatas, me sentía ansioso, no podía dejar de mover mis dedos y eso fastidió a mi amigo Shikamaru, no dejaba de mirarme con ojos asesinos.
En cuestión de horas que para mi parecieron años terminaron las clases y por ser viernes podía llegar a la hora que quisiera a casa, normalmente salíamos a dar una vuelta Shikamaru, Sakura e Ino, las últimas eran unas locas acosadoras pero las podía tolerar

-¿A dónde iremos hoy Uchiha? Se te ve que estás ansioso, ¿Qué sucede?

-no es nada, sólo quería que la escuela terminara para poder salir un rato a fumar, ya siento como si esto fuera un capítulo de la Rosa de Guadalupe

-te dije que lo dejaras antes de que se hiciera vicio

-Shikamaru tiene razón Sasu, ¿Para qué quieres después apestar todo el tiempo a tabaco y sintiendo esa ansiedad?

Se preocupaban por mi pero aveces me recordaban mucho a mi padre, me aconsejaban cosas sólo porque podrían o no arruinar mi imagen y estoy harto de todo eso. Los dejé hablando solos mientras caminábamos y al pasar por el parque de ayer lo vi, sentado en la misma banca con esa misma expresión de tristeza. Me aleje de mis amigos para acercarme y mientras lo hacía buscaba un cigarro desesperado, debía tener una excusa para hablarle

-Hola

-eres el chico de ayer

-el mismo, oye ¿Puedes prestarme de nuevo tu encendedor?

Me lo entregó tranquilo haciéndose a un lado de donde estaba para dejarme un espacio, me senté a su lado y empecé a observarlo de nuevo

-¿Cuál es tu nombre chico del encendedor?

-¿Chico del encendedor? Qué apodo más original

-¿Me dirás tu nombre o no?

-vaya carácter de mierda el que tienes

Su comentario me había molestado, ni siquiera se porque quería hablarle, es un maleducado. Me levanté sin decirle nada y corrí de vuelta hacia mis amigos

-¿Quién era él Sasuke?

-el chico del encendedor

-¿El chico del encendedor? Qué apodo más raro

-deberías tener cuidado Sasuke, tiene pinta de ser un ratero o alguien de la calle

-Sakura tiene razón, no deberías hablar con personas así, estas en otro nivel, eres de otra clase ¿Entiendes?

-entiendo

Fuimos a casa de Shikamaru a pasar el rato, todos reían y se divertían pero no podía dejar de pensar en él, es directo y de lengua floja. ¿Por eso estará triste? Tal vez se dio cuenta de que ser así sólo le trae problemas. Debería cambiar.

Ese día no pude en otra cosa que no fuera el chico del encendedor, me intrigaba su tristeza y su actitud. Debería dejar de pensar en él...