¿?- Tohka despierta
Tohka- La capital...
¿?- Fuera está el desayuno, levántate
Tohka- Si...
Al cerrar la puerta y oír como los pasos de mi madre se alejaban me desperté por completo. Después de estar diecinueve años en la aldea, iba a ser la primera vez que iría a la capital. Mis padres eran comerciantes y yo solo tendría que entregar los suministros acordados con el reino.
Padre- El camino es peligroso solo por la noche, si has de acampar-
Tohka- Lo se, que tenga cuidado
Madre- Ten *me dió mi espada*
Tohka- No quiero llevarla
Madre- Estaré más tranquila si la llevas contigo
Tohka- *miré a mi madre y resoplé* Esta bien *cogí la espada*
Subí al carromato y emprendí mi viaje hacia Halure, la capital.
Hace unos años mi aldea fue atacada por monstruos, todo quedó en ruinas pero lo que nadie se esperaba es que una niña acabase con ellos. Es por eso que todos en mi aldea me conocen, antes de irme mis compañeros me dieron comida y lo necesario para poder acampar.
Estaba anocheciendo, quería pasar el último tramo lo más rápido posible. Había niebla lo que dificultaba la visión y me hacía imposible seguir por el camino, sin más remedio tuve que acampar a un lado del camino. Hice fuego y cené la carne de Kodo que me había dado mi madre. Al terminar apagué el fuego y me acomodé contra el árbol ya que dentro del carromato no había hueco.
Estaba oyendo el ir y venir de gente, abrí los ojos y vi a cuatro personas salir corriendo. Me levanté de una, lo primero que fui a ver era los suministros.... se habían llevado todo menos la misiva en la que certificaba que era la carga, para quien iba dirigida y por quien sería entregada.
No podía volver atrás y decirles a mis padres lo de que algún modo u otro ya sabían, así que subí de nuevo al carromato y me dirigí a la capital como tenía previsto.
Al pasar por las murallas era tal y como me esperaba, había guardias mirases por donde mirases, la gente iba más animada de un puestecito a otro en el bazar, todo parecía nuevo para mí, hasta que vi como uno de los guardias pegaba a un niño porque éste había robado un mendrugo de pan.
Llegué al castillo donde fui recibida por el consejero del rey
Tohka- *le entregué la misiva*
Consejero- Tu eres Aoi Tohka
Tohka- Así es
Se me quedó mirando esperando que le entregase los suministros.
Consejero- ¿Y bien?
Tohka- No he podido traer los suministros, señor
Consejero- Esa mercancía era imprescindible para la fiesta que se celebrará dentro de una semana
Tohka- Lo siento, pero me robaron cuando-
Consejero- No me importa, serás encarcelada ¡guardias!
Dos de ellos me cogieron por los brazos.
Tohka- No era mi intención, yo solo quería disculparme
Consejero- Sacarla de aquí ahora mismo
Mientras yo forcejeaba ví a una chica detrás del trono
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Ojos dorados
FantasyDejando atrás su aldea, Tohka viaja hasta al capital donde le espera un futuro incierto