Y yo me pregunto,
¿quién dijo que no podría?
¿Qué sabrá él de mí?
¿Qué sabe él de mis caídas?
¿Qué sabe el de mi esfuerzo?
¿De mis tropiezos?
¿De mis errores?
¿De de mis pensamientos?
¿Cómo es que aún huyendo,
sin más, de sus problemas,
pueda encararse y decirme,
jamás lo conseguirás?
Sólo espero que no disfrutes de mi fracaso,
mas no pienso rendirme.