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Maratón (3/3)

Luego de que ____ se marchara, me quede solo. Con una botella de coñac. Ordenándole a Kenny que no la perdiera de vista ni un segundo. El más mínimo movimiento que ella ejerciera yo lo sabría. No estaba dispuesto a dejarla escapar otra vez. No señor.

Trago tras trago pensaba en lo ocurrido hasta hace unas cuantas horas. ____ estaba viva. Embarazada. De mi hijo. Nuestro hijo. Todo parecía imposible. Más de una vez pellizque mis brazos, dejándolos rojos, he ido al baño enjuagando mi cara una y otra vez, esperando despertar y que la realidad se burlara de mi.

Dándome por vencido me senté en uno de los sofás de la sala de estar, apoyando los codos en mis rodillas, la cabeza agachada, ojos cerrados y mis manos oprimiendo el vaso donde el coñac estaba. Me iba a volver loco.
¿De dónde coño había salido eso de pedirle el divorcio? Tal vez fue un arranque de impotencia y deje que mi culo hablara por mí. Necesito ir a un psicólogo. A veces pienso que soy bipolar. O tal vez lo soy.

La amo y quiero estar junto a ella. Sé que cometí errores... bueno está bien, muchos errores. Pero quiero cambiar, para bien. En estos últimos dos meses me atormente culpándome una y otra vez, porque si era mi culpa. Nada de esto no hubiera pasado sino huera sido por mí. Y lo lamento cada maldito segundo de mi vida.
Si tan solo pudiera empezar desde cero. Estaría dispuesto a ello y mucho más.

Dejando el vaso sobre la mesa de café, me levante y comencé a pasar mis manos por mi cabello, jalándolo frustradamente en las puntas, hasta el punto de que algunos cabello cortos y castaños quedaron en la palma de mi mano.

Dejando de lado mi prematura calvicie que veía por venir, me concentre en algo que vibraba escondido entre los cojines del sofá en donde había estado sentado anteriormente. Pasaron unos escasos segundos hasta que me di cuenta de que era mi teléfono. Dando una zancada me agache y lo recogí. En la pantalla decía: Kenny.

-Dime.
-El objetivo ha salido del departamento-su voz era calculadora.
- ¿Esta sola?-pregunte automáticamente.
-No-mi cuerpo se calmo un poco- ¿Con quién está?
-Con la señorita Miller.
-No las pierdas de vista. Quiero saber cada parada que hagan y con quien hablan-finalice con voz tajante.
-Sí, señor.

Corte la llamada.

Subí a la habitación y me cambie por uno de mis impecables trajes. Estaba dándole los últimos arreglos a mi corbata, cuando escuche que la puerta principal era abierta y cerrada, seguida de tontas risitas.
Baje las escaleras despreocupado, pero me sorprendí al ver a Ryan y Chaz sentados en el sofá como si estuvieran en su casa.

- ¡Eh, Bieber!-saludo Ryan.
-Hola cariño-dijo Chaz revoloteando sus pestañas.

Cuando abrí la boca para responder, Ryan lanzo una carcajada.

- ¿En serio ustedes se hacen llamar adultos?-Dije apretándome el puente de la nariz-Lo que sea, ¿Que están haciendo aquí?
-Pues, no fuiste a la cena de socios ayer, y tampoco a la noche de chicos. Aunque creo que solo fue noche de Chaz y Ryan-dijo este ultimo poniendo los ojos en blanco-. No fue nada divertida. Chaz se tiraba a la primera que se le cruzara por el medio.
- ¿Cuándo no?-pregunte con sorna.
Chaz que había pasado todo ese rato callado, habló:-No es gracioso. Saben muy bien que todas esas chicas me utilizan-dijo-. Soy solo un juguete sexual para ellas-su voz era fingidamente trágica-. Pero puedo vivir con ello-finalizo con una carcajada a la que todos-incluyéndome-nos unimos.

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2015 ⏰

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Maltratada (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora