El sacerdote y sus baldosas

El Misterio De La Iglesia

Imagínate el pueblo más alejado de la gran ciudad que puedas. Vale, pues el pueblo al que me refiero en esta historia está al menos diez veces más alejado. Un pueblo del que nadie ha oído hablar, tanto es así que nadie lo recuerda y no sale en ningún mapa. De hecho, los habitantes de este pequeño pueblo no saben absolutamente nada sobre el exterior, debido a que son autosuficientes y no necesitan salir de sus tierras. Pues resulta que en ese pueblo hay una pequeña iglesia donde los pueblerinos van a rezar antes de empezar sus jornadas. La persona que dirigía aquel lugar era un sacerdote amable y humilde. Este sacerdote tenía la extraña costumbre de dar un paseo por su iglesia contando las baldosas de piedra mientras pensaba en todo lo que tenía que hacer ese día antes de abrir la iglesia. Pies bien, resulta que un día mientras estaba acabando su rutina de contar baldosas se dio cuenta que había contado más baldosas que el resto de días. Decidió no darle importancia debido a que hoy estaba más enfrascado que nunca en sus pensamientos y era por lo tanto más fácil equivocarse. Pero al día siguiente al volver con su costumbre contó incluso más baldosas. Eran cada vez más aunque ese día tampoco se preocupó. El cuarto día se levantó un poco tarde así que no tenía tiempo de contar baldosas. Cuando acabó la semana ya contaba 20 baldosas más que de costumbre, y empezó a plantearse si estaba empezando a volverse loco. Esa noche decidió ir a la iglesia y ponerse a contar una y otra vez hasta que coincidiera en un número.