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Estar sentado solo entre tantas personas le parece agobiante, más cuando siempre le han ignorado. A veces siente que todos tienen su atención puesta sobre él y le perturba, le dan ganas de esconderse en su pupitre. Por ello siempre tiene la cabeza agachada, garabateando en su cuaderno de bocetos que le regaló su mejor amigo. Él se hubiera comprado uno, pero sus padres no acostumbraban a darle mesada, así que solamente le tocaba dibujar en las últimas hojas de los cuadernos, hasta Jimin llegó un día con un par de lápices y el otro regalo.

Jimin; su mejor amigo desde que tenía memoria. Siendo sincero, no recuerda muy bien el como se conocieron, pero eso exactamente no le encuentra tan importante. Prefiere atesorar todos los momentos que pasan, incluso, una vez vio en alguna película donde el protagonista le encantaba dibujar, entonces dibujaba todos los días las cosas más importantes. Qué le hizo cambiar de humor, la comida que le encantó como para comer dos platos más, su música y por qué la había colocado, e incluso lo que le hizo sonreír y hacer que todo su día brillara, la persona quien siempre dibujaba en el último punto es Jimin. Siempre le sacaba sonrisas, le hacía sentir feliz.

No se sentía nervioso o incomodo como con el resto. Es molesto tener que hablar con alguien mientras en tu mente están pasando métodos de escape y solo porque tienes miedo de decir algo que le llegue a molestar, o porque también su presencia es molesta, no te hace sentir relajado y ni siquiera puedes verle a los ojos. Jungkook incluso le era complicado hablar con su propia familia a veces, con sus padres siempre ha tenido buena relación, pero con el resto no. Se ríe nervioso de lo que dicen,  a veces no entiende los chistes que sueltan y debe mirar en otra dirección para no sentirse raro en el ambiente. Prefiere el silencio o simplemente estar con las tres personas que tanto quiere. 

El pequeño castaño siempre fue un soporte para él, estando en cada momento cuando no se sentía bien. Jungkook podía bromear abiertamente con el otro, sin tener preocupaciones de que si las cosas que decía iban a ser muy molestas, la verdad es que su humor no era muy agradable, pero el otro chico le entendía y reía con él siempre. Para él, estar con Park Jimin era como subirse a una montaña rusa de puras emociones positivas. Adoraba ver al otro reír por cosas que hacía, amaba verle feliz o saber que se tienen una confianza tan grande como para contar cada demonio interno que tienen en sus cabezas y prometerse de forma vacía que siempre se estarían apoyando. 

Pero no todo el mundo cuando hacen tontas promesas las cumples, al pasar de los meses se rompen y hasta irónicamente en un par de días de haber pasado aquellos acontecimientos que les hicieron jurar a la nada, mirándose sonrientes y ajenos al futuro que les abarcaba. 

Jungkook pensó que su mejor amigo no era igual. Nunca le había juzgado o molestado porque a veces lograba tartamudear debido a que no sabía muy bien el como expresarse o simplemente se quedaba en silencio, escuchando lo que decía. Jimin siempre le sonreía y jamás le obligo en hablar o tocar ciertos temas que podrían llegar y molestarle. Por ello confió en él y de forma ciega; lo sigue haciendo. 

—Jimin... —le susurró, tratando de ignorar a la profesora que al verle hablar más fuerte, en vez de reprocharle o algo por el estilo, solamente habló más fuerte. Se encogió en su asiento. Su mejor amigo se sentaba a unos puestos más adelante que él—. Jimin —volvió a repetir. 

El muchacho se tensaba de forma horrible cuando el otro hablaba. Es como sí tan sólo de escucharle respirar o saber que existía, doliera tanto como para temblar o colocarse nervioso. Jimin solamente le estaba ignorando hace unos días, o puede que más tiempo, incluso un mes. No sabía qué hizo, tampoco podía solucionar algo. Se sentía solo y abatido. 

Necesitaba de Jimin para sentirse feliz. Necesitaba de Jimin para poder sonreír, sentir que todo en su vida estaba en orden. Sin el chico no había nada qué hacer, era tan dependiente de él que llegaba a ser patético. 

Lacrimosa 死: KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora