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Las nubes inundaban todo el cielo, tan grises que hacían una imagen deprimente para muchas personas que vivían en paz en aquella aburrida ciudad. Las malas noticias venían a cada momento, como también las buenas.

Faltaban tres meses para que el año acabara. Jimin estaba pensando que todo lo que hizo y ha hecho, es hacer sufrir a las personas o simplemente ser un egoísta.

Todo es demasiado extraño a veces. Se siente demasiado perdido cuando se da cuenta de todo lo que ha hecho en esta vida. Las preguntas le carcomen y siempre se pregunta si lo ha hecho bien, a veces su mente se pierde en un remolino de emociones donde es cuestionado con miles de probabilidades.

No sirve preguntarse qué debió hacer en cierta circunstancia, nadie esta preparado para esas sorpresas. Una cosa es como actuar debidamente, cualquiera tiene su modo en adaptarse en distintas escenas, él muchas veces se comparaba a otros. Es ridículo hacer eso. Debió concentrarse en lo que es, quien es Park Jimin, no intentar moldear su personalidad y acciones mediante cualquier persona que amara cierta forma por como era.

Aún así cuando trata de engañarse con un pensamiento moralmente bueno, simplemente no puede aceptarlo. Quiere ser una manera distinta, tal vez actuar más heroico, ser alguien que puede soltar chistes de la nada y sean agradable para todos. Hacer felices a todo el mundo con simples palabras o inclusive ser más relajado, pero claro, es todo lo contrario y aunque tratara de cambiar, le sería imposible. Imagina que en cada momento cuando hiciera algo que no es propio de él, rompería en risas mientras en su cabeza se lamenta de ser tan estúpido y desear cosas innecesarias.

Ya todo es innecesario ahora, piensa una y otra vez mientras siente el frío adueñarse de todo su cuerpo. No le agrada esa sensación, se siente extraña, es inclusive más escalofriante que antes.

Sigue sentado en el columpio, esperando a que Jungkook llegara. Ya hace unos días que no le ve, es bastante triste aquello. Había estado enfermo y su madre le obligo a que se quedara acostado y así descansara como es debidamente. Namjoon no le dejó en paz nunca, colocando su música a máximo volumen y le daba de comer una sopa que ni siquiera estaba bien condimentada. Jimin esta dudando ahora si esa sopa le hará bien o no. Saca una pequeña agenda de su bolillos y coloca el ir al médico mas tarde, quiere asegurarse si va a vivir un tiempo más o solamente morirá intoxicado por las buenas acciones de su hermano mayor.

No había nada interesante para hacer mientras se encontraba en cama y enfermo. Solamente toser hasta que su pecho sintiera un fuerte dolor y luego quejarse sobre ello un buen rato. Muchas veces el saltarse las clase hubiera sido divertido, pero mucho del buen carisma se fue agotando cuando la muerte de Jungkook pasó. Además de romper con su novio, pasar tardes enteras bajo las sábanas mientras revisaba una y otra vez las conversaciones que tuvo con su menor le apuñalaban siempre. La madre de Jimin le decía una y otra vez que no viera esas cosas, que debía distraerse. No podía hacer eso, simplemente cuando menos trataba de pensar en su mejor amigo; lograba ir a su mente mucho más rápido y podría pasar horas enteras recordando la risa del chico.

Sin duda alguna, su mente es una tormenta de culpabilidad, desamor y tristeza, al igual que sus emociones.

—Pensé que hoy faltarías otra vez.

Jimin levantó la cabeza, un poco confundido al ver ahí a Jungkook. El chico estaba pálido y tenía leves ojeras, aún así jamás le dejaba de sonreír y mostrar cuanto apreciaba su compañía.

—Estaba enfermo —se arregla la gran bufanda que trae puesta—. Y lo sigo estando, pero... mamá me dio la oportunidad de venir, bueno, dijo que no tenía opción, después de todo ya he faltado demasiado —su voz es ronca, y las mejillas le arden, están de un leve color rojizo—. Vale la pena soportar el dolor de cabeza por ti.

Lacrimosa 死: KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora