Los pasillos del castillo aparentemente desiertos, hacían que Draconis pudiera respirar con tranquilidad, la abrumadora sensación de estar entre tanta gente era lo único que odiaba, mas aun si no conocía a nadie. Llego con algo de dificultad hacia el lago, al no conocer ninguno de los pasillos de ese colegio, se habia perdido unas cuantas veces, pero valió la pena. La increíble vista del agua, que se movía cada cierto tiempo seguramente por las criaturas que vivían en el, fue realmente reconfortante.
La chica se acerco lentamente y decidió sentarse debajo de un árbol que tenia una refrescante sombra, cerca del agua. Soltó su pelo y con un ligero movimiento de cabeza lo intento acomodar para que no quedara de forma despeinada. Ciertamente ese lugar era mas lindo de lo que en un principio pudo ver, tenia la sensación de que guardaba muchos secretos. Sonrió a causa de sus pensamientos, era imposible que un colegio no tuviera ciertos secretos, Beauxbatons los tenia, y por lo que hablo con Krum, Durmstrang también, así que ¿Por qué este no los tendría?
-Lindo ¿Cierto? - La voz masculina de alguien a quien no habia escuchado llegar, hizo que le chica se sobresaltara un poco. - Perdón, no quería asustarte.
-Ah. - Sonrió un poco al darse cuenta de que aquel chico era nada mas y nada menos que el que estaba buscando. - Asi que Harry Potter eh.
-Si, no tuve tiempo de presentarme el otro día. - Murmuro mientras se sentaba al lado mio, mirándome con ojos desganados. - Y vos sos Draconis Malfoy.
-Exacto. - Extendió su mano para que el otro la agarrara, en forma de salud. Cosa que hizo que Harry riera un poco a causa de sus buenos modales, pero respondiendo con un apretón suave.
-Me dijeron que me estuviste buscando. - El chico apoyo su espalda contra el árbol, perdiendo su vista en el agua.
-Cierto, tengo una carta para vos. - Pero en el momento en el que quiso meter su mano en el bolsillo para sacarla, se dio cuenta de que no estaba. Resoplo algo enojada, por una vez que lo encontraba, y no tenia la bendita carta - Pero al parecer la deje en mi cuarto.
-No importa, podes dármela en otro momento. - Respondiendo al ver el abatimiento de la chica. - Ahora solo, necesito tranquilidad.
-Si, eso suponía. - Se dispuso a levantarse, intentando dejar solo a Harry. Sin embargo una mano agarro su muñeca, impidiendo que se vaya.
-No dije que tenias que irte. - La miro sin expresión en su cara, pero la suplica se podía ver en sus ojos. Ese chico si que tenia problemas. Se sentó nuevamente a su lado, esta vez algo mas cerca.
-Asi que, concursante del torneo eh. - Un pequeño gemido de frustración salio de los labios del pelinegro.
-Ni me lo recuerdes, no se porque todos los años me meto en cosas como estas. Mi vida esta maldita.
-Realmente lo esta. - Murmuro recordando que desde el inicio de su vida, le habían pasado cosas horribles.
Saber que desde un principio su vida también habia estado marcada hizo que un ligero escalofrió recorriera por el cuerpo de Draconis. No sabia que habría sido de su vida si sus padres no hubieran decidido irse a Francia, y no tenia ganas de averiguarlo.
-Draa, ma chère amie* - La voz de Fleur se hizo presente en cuanto el silencio se habia instalado entre Harry y Draconis. La chica sabia que cuando la llamaba de esa forma, era porque estaba enojada.
-Fleur. - Respondió con una sonrisa inocente, sin darse cuenta que eso hizo que Harry se sonrojara, viéndola fascinado.
-Qu'est-ce que tu fais? - Cualquiera que no entendiera lo que estaba diciendo, podría interpretar como si me estuviera dando los buenos días, sin embargo la rubia sabia que estaba de esa forma por estar hablando con el "enemigo"
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La rubia de Beauxbatons
RomanceHarry Potter se ve envuelto nuevamente en miles de problemas, el Torneo de los Tres Magos está por empezar, y el colegio de Dumstrang y Beauxbatons se ven invitados a participar. Sin embargo, Harry no esperaba que con la llegada de las chicas france...