Capitulo 1 Los ojos acosadores

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Estás dormida profundamente, tu respiración es tranquila y finalmente encontraste la postura indicada, estarías dormida por no ser de un pequeño detalle que te mantenía en vela: sentías que te vigilaban. Era constante, no te atrevías a hacer movimientos bruscos y solo tratabas de dormir, pero los minutos se hicieron horas y esa presencia seguía, después de preguntarte varias veces que podía ser encendiste la luz de tu lampara de mesilla y te sentaste en un lateral de tu cama, buscaste con la mirada algo que pudiera provocar esa presencia, y no lo encontraste hasta mirar a la ventana, unos relucientes ojos naranja vigilaban atento a través del cristal, haciendo un esfuerzo para poder verte a través de la oscuridad un poco suavizada con la luz de la bombilla, que solo conseguía resaltar su brillo anaranjado al mirarte.

Te levantaste dudosa de que fuera un sueño o una alucinación, últimamente estabas tensa y estresada, no sería una posibilidad remota.

El portador de esos ojos se alertó al notar que lo viste y te dirijáis a él, se intentó alejar de ahí, pero esos movimientos te indicaron que no era ninguna de las dos opciones que pensaste anteriormente, era una persona de carne y hueso.

Te acercaste a él mas a prisa pero esa persona salió corriendo sin pensárselo dos veces. Al asomarte por la ventana y mirar el lugar que ocupó, ahí comprobaste que no se llevó todo, alargaste tu mano para coger lo que pensabas que era un móvil aun desbloqueado. Al tenerlo entre las manos viste que estaba en la cámara, fuiste a la galería y a parte de varias fotos sobre anime, una carpeta compartía tu nombre e imagen, entraste ahí y viste varias fotos tuyas de mala calidad, acostada, estudiando, por la calle, etc. Esa persona era un real acosador, y tu eras su acosada, lo que te hizo cambiar la mente fue unas fotos que él descargó de fuentes sociales, en las que también te tenía localizada, te tenía rodeada con un corazón que se veía que tenía grandes esfuerzos puesto. Te sacó una sonrisa, aun siendo un acosador, te resultaba tierno los detalles que ponía en editar esas fotos. El interés por esa persona incrementaba con cada foto que viste que tomó de ti. Fuiste a su carpeta de contactos y seleccionaste yo, al parecer su nombre era Guro, el espacio para el apellido estaba vacío, cogiste tu móvil para copiar el numero de esa persona y poder hablar con ella más tarde.

No quisiste descubrir más sobre Guro, dejaste el teléfono junto a la botella de agua que olvidó. Seguir mirando en su móvil no salía de tu cabeza, pero esos pensamientos salieron de tu mente al recordar que lo habías bloqueado y no sabías su contraseña.

Esperando que no volviera en toda la noche volviste a tu cama intentando recordad aquella cómoda postura que conseguiste pero ya no conseguías repetir, no te quedó mas remedio que dormir como otras noches.

Los sueños que se olvidaban se repitieron hasta que te despertaste una nueva mañana de invierno en la que afortunadamente resultó ser sábado, inicio del fin de semana y día en el que nadie te diría nada por no salir en todo el día de casa, y tu sabías lo que eso significaba, maratón de anime, que hoy quedaría omitida con la búsqueda de Guro, su acosador personal.

Te vestiste como era normal aquellos días de frío: una falda con medias, abrigo, bufanda y manoplas, que cuando extrañamente salías acompañabas con un café en tu bar preferido, a donde te dirigías. Cada día el recorrido se te hacía mas corto y llevadero y aquella reservada dependienta ya se sabía tu rutina cada día que ibas a aquel establecimiento, por lo que una mirada la bastó para saber tu pedido.

Te sentaste en una mesa y desbloqueaste tu móvil, lo primero que viste de el fue su fondo, tu ídolo Suga te esperaba como cada día esperándote, eso te sacó una sonrisa. Miraste aquel número que obtuviste  la noche anterior. Preferiste mandar un mensaje en lugar de hacer una llamada, sin que te dieras cuenta la dependienta posó en la mesa tu taza con  un capuchino que aun expulsaba un humo que olía francamente bien. Abriste la aplicación de mensajería y le empezaste a escribir esperando a que el café enfriara para tomar tu primer sorbo:

- Creo que ya sabes bien quien soy, soy ______, la chica a la que fotografiabas la noche anterior, no quiero ser ruda ni nada parecido, pero aunque no debería hacerlo, me gustaría conocerte ^^ por cierto, tus ojos son muy bonitos

Sonreírste escribiendo y escogiendo las palabras adecuadas para ese mensaje, lo que no sabías es que otra persona al otro lado de la pantalla casi resulta tener un infarto al leer y recibir tu mensaje, realmente no sabía que escribir, Guro leyó varias veces aquel mensaje sin poder quitar una tonta sonrisa, realmente ahora mismo estaba en el mismo lugar que ella, solo que sus ojos no reflejaban ese brillo de la noche pasada. Tardó unos minutos hasta escribir con manos temblorosas el mensaje de respuesta:

- Si quieres nos podemos encontrar, no pretendía ser un acosador ni nada, realmente siento que te tuvieras que enterar de esa manera. Si quieres ahora puedo ir a verte, si no te importa. Por cierto, gracias por lo de los ojos ^///^

Ese mensaje te hizo saber que él realmente no era peligroso, pudo hacerte fotos, pero su intención no era maliciosa:

- Estoy en el bar de la calle dos en paralela a mi casa, es el bar El mensaje

- En seguida voy

Una respuesta tan simple fue difícil de escribir para el ojinaranja, que no cabía en su emoción. Dejó pasar a penas 5 minutos que se le hicieron horas para no hacerla sentir que ya estaba con ella antes. Se levantó, dio un suspiro para tranquilizarse y empezó a andar como si aquella chica fuera un lobo en piel de cordero que fuera a morderle, mientras que ella miraba su café dar vueltas mientras ella movía la cucharilla intentando formar figuras en la espuma.

Los ojos de la obsesión (Guro x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora