Los ojos de la obsesión (Guro x reader)

Capítulo 6

Miraste a Guro, intentando sonreír pero haciendo una mueca de nerviosismo:

- En cuanto a lo de antes... ¿Querias decir lo que yo entendí?

- Si - sonrió sin problema y río- pero tu opinión vale poco, eres mía - su sonrisa hacía ver su desquiciada mente- te amo, no sabes cuanto te amo

Dijo mientas se acercaba a ti sonriendo con la cabeza alta y paso tranquilo, creías que eso era una mera alucinación, hasta que te tocó con su mano helada para atraerte a él y besarte ligeramente.

Primero se poso sobre tus labios, dandote tiempo a reaccionar y tener permiso para abrir ambas bocas. Ambos erais inexpertos, pero os esforzabais, Guro quizás era el mejor de los dos, tomo la iniciativa e introdujo poco a poco su lengua pidiendo tu consentimiento y recorriendo cada espacio de tu boca, paredes, dientes, lengua, amaba todo de ti y no permitiría perder nada de ello. Aguantabas la respiración, intentando no molestarle como lo hacía a ti siempre que tenías que respirar aire de otra persona por proximidad o posición, realmente odiabas eso, por lo que aguantaste intentando seguirle el ritmo, cuando no pudistes más te separarte de él delicadamente y sonreírse:

- Te amo - dijiste sin miedo, era la primera vez que decías eso a nadie- ¿quisieras ser mi novio?

Apartaste la mirada esperando la tan temida friendzone, si, te había besado ya, pero aun la temías roja de vergüenza como una bomba desactivada

- ¿Que crees?

Guro te besó otra vez y te levantó para ponerte sobre sus caderas, mientras con una mano te sujetaba por la espalda con la sobrante empezaba a subir tu camiseta, rozando con los dedos tu sostén.

Unas sirenas sonaron, os separasteis mirando el lugar del procedía el molesto ruido, Guro estaba muy molesto, pero te dejó en el suelo con delicadeza y te cogió de la mano para ir juntos a mirar que ocurría. Sin dejaros ver del todo mirasteis cubriendoos con una de las paredes, varios enfermeros llevaban a gran velocidad a un hombre, no se le veía bien con los enfermeros de por medio, pero Guro reconoció quien era, el molesto conductor