Sabes, creo que no deberían seguir dejándote entrar aquí. Estás loca.
-JesseLa gente sabe que no soy yo el problema.
-Riley¿Estás insinuando lo que creo que estás insinuando?
-JesseNo insinúo nada.
-RileyOh, olvídalo.
-JesseNo, no lo olvidaré. Dime si no quieres otra chancla.
-Riley¿Por qué todo tiene que terminar en chanclas? ¿No podríamos hablar como gente (al menos yo) civilizada?
-Jesse.Ninguno de nosotros dos es normal y lo sabes. Y con respecto a las chanclas... La verdad no tengo la más pálida idea.
-RileyYo al menos si soy normal, no sé tú. Ahh y... No podrás revolearme nada hoy porque no traes ni siquiera tu teléfono y si rompes algo del lugar no podrás ingresar más así que...
-Jesse¿Quieres ver como si puedo?
-Riley-¿Es en serio? ¿La lapicera? -dijo Jesse sacándose la lapicera del cabello.
-No tenía nada más a la mano. -dijo la castaña para luego encojerce de hombros.
De cierto modo a Jesse le agradaba. Era tierna cuando intentaba parecer ruda y le revoleaba chanclas... Okay, tal vez un poco.
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¡Jesse, deja de molestar!
Historia Corta-Sólo te pedí papas y una Mac grande con extra cheddar. Pero supongo que tú escuchaste que quería notas en cada Mac que me sirvieras. Porque así eres tú, Jesse. En serio, ¡Jesse, deja de molestar!.