Ella estaba frágil,cansada de caminar descalza cuando de repente se cruzó con el.
Fueron uno sólo más de un millar de veces,Ella fue la piedra en la que el se reclino,el era el sol que su vida iluminó.
Pero no todo en la vida es sol,luz y voluntad de piedra y es ahí cuando la penumbra entró por una abertura bajo su puerta.
Ya no le mires,su mirada no es para ti.
No le susurres,No causa más efecto en el.
No le beses,tus besos ya no erizan su piel.
No le tomes la mano,pues su otra mano ya está tomando la de otra.
No le abrazes,el no quiere abrazarte de vuelta.
No escuches sus palabras,le da lo mismo si influyen o no en ti.
Se te ha prohibido todo ello,Pero así como eras la piedra en la que el se reclinaba,se la piedra en la que puedes sentarte y esperar.
Algún día va a extrañarte,algún día te verá y serás tu la que estará viendo al otro lado.
