Querida;
Ha pasado más de un año desde la última vez que te escribí. No creo que estés molesta porque dejé de hacerlo, tengo mis motivos.
Te vi. Volviste a caer en los brazos del mismo imbécil y las mismas amistades tóxicas.
Ahí entendí que mis palabras, mensajes y tiempo invertido fue en vano, decidí no gastar mis energías en una persona que no apreciaba todo lo que estaba haciendo por ella.
Y me fui, me mudé lejos y no supe de ti hasta que volví hace un par de meses.
Estás cambiada, con el tiempo aprendiste a fingir las sonrisas...
Pero querida, a mí no me engañas.
