El uso de la secuencia de preposiciones a por tras verbos que indican movimiento, como ir, venir, volver, salir, etc., con el sentido de 'en busca de', es hoy normal en el español de España, donde es corriente decir Ve a por agua, Salgo a por el pan, Volvió a por el paraguas. En el español de América, en cambio, este uso se percibe como anómalo y sigue siendo general allí el empleo exclusivo, en estos casos, de la preposición por: Ve por agua, Salgo por el pan, Volvió por el paraguas.
No hay razones lingüísticas para condenar el uso de a por, tan legítimo como el de otras combinaciones de preposiciones nunca censuradas, como para con, de entre, por entre, tras de, de por, etc. La secuencia a por (documentada ya en textos españoles de los siglos xvi y xvii) se explica por el cruce de las estructuras ir a un lugar (complemento de dirección) e ir por algo o alguien ('en busca de'), ya que en esta última está también presente la idea de 'movimiento hacia'.
Por otra parte, el uso de ambas preposiciones, frente al empleo aislado de por, resuelve en muchos casos problemas de ambigüedad; así, la oración Voy por mi hijo puede significar 'voy a buscar a mi hijo', 'voy en lugar de mi hijo', 'voy en favor o por el bien de mi hijo' o 'voy porque me lo ha pedido mi hijo'; mientras que la oración Voy a por mi hijo solo puede significar 'voy a buscar a mi hijo'.
Fuente: RAE (Real Academia Española.
Carrot Family.
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