Oooook, vamos a contar algo para que los idiotas de los lectores se queden contentos…ehm…esto está grabando? (¿) Ok, no.
Bueno, veamos. Antes que nada quiero aclarar que no me agradan mucho las biografías (y menos las AUTObiografías) porque me gusta que la gente descubra detalles de mí (o se forje una imagen de mí “a solas”, como diría Milán Kundera) a través de mis escritos. Pero bueno, como me están amenazando con pistolas y látig… OK OK, EREA NO ME ESTÁ AMENAZANDO CON PISTOLAS Y LÁTIGOS…ehm… como decía, mi verdadero nombre es Héctor, nombre que apesta a vejez si se me permite expresar mi opinión. Creo que es más que evidente que prefiero sobrenombres como Héc o Tito. *Silencio en el estudio. Alguien tose.* Bueno, en una noche estival en la que el sopor abraz… ¿Quién carajos escribió esto? Al carajo *tira los papeles*
Yo soy mi tierra
A ver, contemos algo… a pesar de que estoy en contra de la existencia de nacionalidades he de amoldarme a la situación actual y decir que nací en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, a las cuatro menos veinte de la mañana un 31 de marzo de 1995. Y sí, es que desde pequeño ya era un rompebolas, de hecho mi propia madre admite que desde que nací dejó de dormir. Y bueno, yo tampoco es que duermo mucho, aún en vacaciones duermo unas cinco o seis horas y vivo a café el resto del día.
Yo soy mi pelo
Muchos mirarán esto con extrañeza pero es cierto. Mi largo pelo castaño oscuro hasta la cintura es una gran parte de mi identidad, ya sea recogido en un rodete, suelto con sus características ondas o peinado en una trenza espiga. Gracias a esto (que incluye duchas muy largas batallando contra los nudos), a que adoro bailar lo que sea que esté escuchando (¡ADMÍTANLO! ¡Ustedes también bailan cuando un tema les mueve el alma! xD) y a que cuido mucho mi físico tanto mi novia como mis amigos bromean diciendo que soy una mujer disfrazada de hombre. Incluso los serios WattVengers me dicen “Rapunzel” o “Princesa Hectaria”. Pobre del que se atreva a llamarme así ¬¬.
Yo soy mis gustos
Tengo una “pequeña” lista de cosas que realmente adoro muchísimo y bueno…INCOMING! Adoro, antes que nada, a mi novia. La adoro las 24/7, adoro cada molécula de su ser, cada acción, cada… okey, okey, para este momento su pantalla ya debe de estar embadurnada de miel o arcoíris. Un escalón por debajo compiten varias cosas: pensar y reflexionar sobre diferentes hechos de la vida, ya sean pequeños o grandes, hacer ejercicio y ayudar. ¿Ayudar? Suena muy general. Bueno, la verdad es que adoro dar una mano a quien sea que la necesite, aún si estoy cansado, porque aunque yo represente UN granito de arena sé que eso servirá para construir, poco a poco, una playa de esperanza para modificar el mundo para mejor. Sí, uso expresiones y analogías constantemente a la hora de escribir y, a veces, cuando hablo. Me resulta inevitable.
¡No nos olvidemos de la sagrada comida! Soy un fanático de lo agridulce y de experimentar (recomiendo los spaghettis con miel y pimienta roja o fetas de queso con ralladura de vainilla, chocolate y azúcar), aunque no hay nada como una buena porción de torta de tiramisú o cheesecake…o un batido de Sambayón… ¡DIOS MÍO, no puedo elegir!
Antes que alguien pregunte sobre la ropa contestaré eso sucintamente: mi guardarropas se compone por cuatro remeras de manga corta (casi todas negras), un par de remeras térmicas, dos jeans (uno más viejo que el otro) y un pantalón tipo militar multiuso. Ah, y una campera de jean pintada por mí. De todo eso sólo uso el pantalón militar. ¿Y la remera? DETESTO las remeras. Si fuese rey del mundo las prohibiría: son incómodas, no permiten moverte con libertad y te hacen transpirar más de lo que querrías.
Otra cosa que adoro es Star Wars, aunque cada vez le encuentre más y más fallas de todo tipo. De hecho tengo toda una vitrina dedicada a la saga. Milagrosamente logré pasar a mi novia al Lado Oscuro (chiste friki, i know) y que empezara a verla. Un detallito es que no soy un gran amante del cine o la TV, por lo que el hecho de que me guste Star Wars es casi como una gran excepción de las excepciones. La verdad es que prefiero leer las historias y dejar volar la imaginación antes que alguien me imponga una imagen. Las únicas excepciones a ver películas o series son aquellas propuestas por mi novia o el Anime (Shingeki No Kyojin, Appleseed, Fullmetal Alchemist Brotherhood, etc).
