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Mía.

No podía creer lo que mis ojos veían, por más que las palabras querían salir de mi boca mi cuerpo no respondía.

Jungkook, era él, tenía a mi hijo entre sus brazos, ese terror que sentía hacía su persona se reflejaba en mis pupilas; mis piernas estaban a punto de fallarme.

Soy hombre de palabra Mia, aquí estoy de nuevo, para ser una gran familia.

—S-suelta a mi hijo —Supliqué aún con un gran nudo en mi garganta

Rió por lo menos y chasqueó la lengua.

Nuestro hijo, querrás decir ¿no, mi amor?

Mi boca formó una "O" y las lágrimas comenzaron a resbalar sobre mis mejillas "¿Ahora qué hago?" pensé mientras veía cómo dejaba a Jiminie en su cama.

—No tienes por qué temer, Mía, estoy aquí para ustedes, para ser felices.

Su celular comenzó a sonar, yo aproveché para acercarme a la cuna pero él me tomó del brazo y me dijo casi en un susurro "No hagas nada estúpido o te arrepentirás".

—Ya estoy aquí con ella, hermano. No te preocupes, me la llevaré muy lejos. —Dicho esto colgó la llamada

Hermano, Jungkook no tuvo hermanos o eso era lo que yo recordaba de los expedientes. Taehyung debería estar aquí conmigo, creo que a partir de ahora no podré verlo nunca más.

—Mía, toma toda la ropa que necesites, papeles y las cosas del bebé, nos vamos

—No. Yo no iré con un maldito loco como tú a ninguna parte ¿oiste?

Alzó las cejas y abrió sus ojos de par en par, no debí haberle contestado.

—Vaya —Suspiró— ¿Qué le has hecho a mi Mía asustadiza? —Preguntó mientras acariciaba con las yemas de sus dedos la piel desnuda de mis brazos.

Yo no dije nada, me limité a guardar silencio pero de pronto la bestia que estaba dormida dentro de él despertó, comenzó a apretar mi brazo con fuerza dejando así marcados sus dedos.

—Te dije que vayas por las malditas cosas, ahora.

Tomé la pañalera del bebé y eché un poco de su ropa así como juguetes, Jungkook me siguió hasta mi habitación y saqué igualmente ropa y zapatos. Él abrió uno de los pequeños cajones viendo mi ropa interior.

—Así que esto es lo que ocupas con él imbécil de Taehyung ¿no? —Rió— No te hará falta.

Mis mejillas se tornaron carmesí ante su comentario, bajé la cabeza y proseguí guardando mis cosas.

—¿A dónde iremos? —Pregunté con atrevimiento

—Al fin del mundo, Mía, a donde pertenecemos.

...

Salimos con mi hijo en brazos para montarnos en su camioneta, echó todas las cosas al maletero y puso en marcha el auto.

—Dame tu teléfono. —Extendió su mano— ¡Anda, muévete!

Se lo di y sin más ni más lo arrojó por la ventana, suspiré y me dije a mí misma que no debía llorar así que ahogué todas esas lágrimas. Jiminie iba en la parte trasera y de vez en cuando Jungkook lo veía por el espejo, sonreía al ver al pequeño.

Jungkook le mostró la lengua y Jiminie rió como nunca antes y por primera vez desde que lo tuve me di cuenta del gran parecido que tenía con su padre.

—Se parece a mi ¿no es así? —Jungkook me codeó y yo solo asentí

La lluvia no cesaba y eso me estaba poniendo los nervios a flor de piel, llegamos a una gasolinera, Jungkook me dijo que entrara a la tienda por cafés en lo que él llenaba el tanque, Jiminie se quedó con él.

—Hola, buenas noches ¿qué se le ofrece? —Preguntó el hombre del otro lado del mostrador

—D-dos, dos cafés. —Bajé la mirada

Él hombre quizás notó mi nerviosismo y siguió con las preguntas.

—Disculpe, ¿se encuentra bien? —Entrecerró un poco los ojos

—Y-yo —Giré para ver si Jungkook me miraba, quizás podía pedir ayuda— Necesito que me ayude

—Por supuesto ¿qué tiene? ¿le pasa algo?

—El tipo de allá afuera, me tiene secuestrada —Justo cuando dije eso, Jungkook iba entrando a la tienda, me había escuchado y con la sonrisa más tétrica que pudo haber formado su rostro se acercó a mi y me aventó a un lado.

Él hombre del mostrador intentó llamar a la policía pero había sido en vano, Jungkook de un salto se pasó del otro lado del mostrador, tomó con gran fuerza al hombre del cuello y le dio un cabezaso en la nariz, comenzó a sangrar pero a él no le importó, reía como si estuviese viendo una película de comedia;  tomó de la nuca al hombre y lo azotó sobre la caja registradora una, dos, tres veces hasta que éste quedó sin vida y no había rastro de aquel rostro amistoso y preocupado del inicio, estaba bañado de sangre.
Jungkook lo azotó por última vez haciendo que su cráneo estallara en ese líquido rojizo salpicándome la cara y manchándose él toda la ropa.

—¿¡Ves lo que me haces hacer maldita sea!? —Me gritó— Eres estúpida, ahora tendré que deshacerme de él. Demonios.

Y como si mi alma hubiese regresado a mi cuerpo, corrí, corrí hasta la camioneta dejando a Jungkook dentro de la tienda, me monté del lado del copiloto y cuando iba a encenderla me di cuenta que faltaban las llaves, las tenía él en sus manos. Quise salir pero él desde la tienda le había puesto seguro a las puertas.

Se acercó peligrosamente hasta la puerta y la abrió dejándome expuesta, me tomó del cabello y tiró de el hasta dejarme en el suelo.

—Sabes cuanto odio que me desobedezcan, Mía —Se puso de cunclillas— Y sabes también lo que pasa cuando haces eso ¿no? —Lo miré con angustia —Un castigo se aproxima.

Aún en el suelo solo pude cerrar fuertemente mis ojos, el me tomó del cabello y me propinó una gran patada en el abdomen, seguido de éste me dio uno en el pómulo izquierdo.

—Sabes que lo hago porque te amo y porque quiero que llevemos la fiesta en paz ¿Si Mía?

Me dejó tirada en el piso y se acercó a la parte trasera de la camioneta tomando a Jiminie en brazos.

—Mamá se aportado mal, así que no llores, hijo.

Del maletero sacó una soga y me amarró de pies y manos, me echó atrás con Jiminie y le puso seguro a todas las puertas, también sacó una pala y comenzó a cabar un hoyo sobre el bosque para meter ahí dentro al hombre. Todos los recuerdos vinieron a mi, cuando él había hecho que cabara mi propia tumba.
Los ojos se me aguaron viendo como con una gran sonrisa el echaba dentro al hombre junto con la cámara de seguridad que previamente había destrozado.

Luego quitó toda su ropa y le prendió fuego, para así no dejar ninguna prueba de que había habido un asesinato en aquella carretera.

—Bien mi amor —Dijo mientras se subía a la camioneta —Ahora sí, vayamos a ser felices, los tres.






¡Si! Por fin estoy subiendo la 2° Temporada. No me maten, lo siento si tardé tanto.

Pero les prometo que esta nueva historia les helará la sangre.

¡Disfrútenla!
💓💓💓💓

ᴇɴ ʟᴏ ᴘʀᴏғᴜɴᴅᴏ ᴅᴇʟ ʙᴏꜱϙᴜᴇWhere stories live. Discover now