El comienzo de todo

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Capitulo 1

Nunca me he sentido especial. No tengo ni un solo recuerdo de aceptarme tal (quererme) y como soy. No tengo autoestima. No tengo fe en mi misma. Según mi psiquiatra, odio a mucha gente y muchas cosas. Y a todo lo que he pasado añádele otro GRAN problema... Ser muy sensible y buena persona. La combinación perfecta para que te tomen el pelo cada 2 por 3, para que seas el ''Atención al cliente'' de las personas que te rodean.

Os voy a contar una cosa, yo no era así. Yo hasta los 5 años fui una niña extrovertida, que no tenia vergüenza, le daba igual lo que pensara la gente, era delgada, se podía decir que incluso guapa... Pero las circunstancias me fueron cambiando sin darme cuenta, y yo lo empeoré todo. Mi nombre es Emma Olson Nichols y esta es mi historia. Mi familia está compuesta, actualmente, por mi padre, mi madre, mi hermana (su marido, su hija {mi sobrina} y el novio de esta) y mi hermano (su mujer y su hija, mi sobrina)

Vamos a empezar desde el principio... Hace unos 15 años, allí por el 2002, mi familia, en aquel entonces compuesta por Ángel (mi padre), Ángela (mi madre) y Joseph (mi hermano), atravesaba una de las peores crisis que yo jamás he conocido. Yo tenía apenas 4 años (casi 5). Un día de aquel año abrieron un establecimiento en el cuál enseñaban defensa personal, mi madre, yo y mis primos ,junto con su madre, fuimos. Allí ofrecían una clase gratis de prueba. A los tres nos encantó. El problema llegó cuando llegue a casa junto con mi madre:

- Mami, yo quiero ir a aprender Karate *dije maravillada con lo que me habían mostrado*.

- Hija, no sé como explicarte esto *dijo a emocionada*.

- ¿El qué?

- Cariño, no puedes ir a Karate.

- Pero... ¿por qué?

- Cielo, no puedo pagártelo. Verás, las clases cuestan un dinero, y ese dinero lo necesitamos para comer *dijo ya llorando* Lo siento mucho, de verdad, no te imaginas lo que me duele decirte que no puedes ir a Karate.

- No te preocupes mami, no pasa nada, para otra vez será *dije llorando yo también*

Desde aquel día comprendí lo que era el dinero y lo necesario que era. Aprendí a no pedir cosas, al hacer la carta a los Reyes Magos apenas pedía cosas porque intuía que ese año, y los siguientes, no iban a poder traerme nada o casi nada.

En el colegio solamente tenía una amiga llamada Ariana. Estaba en tercero de preescolar. Tuve problemas para pronunciar el sonido 'RR', en clase me ayudaron a superar ese pequeño problema. Así pasó el año y llegó un nuevo curso escolar y una nueva etapa. Me cambié al colegio en el cuál hice primero y segundo de preescolar. Aparentemente yo era feliz como cualquier otra niña. Pero enseguida llegaron más problemas.

2004. Mi hermana le pidió ayuda a mi madre para que nos quedáramos con su hija de 4 años porque apenas podían mantenerla. Mi madre acogió a mi pequeña sobrina, yo tenía por aquel entonces 6 años, y pues yo tan feliz de tener a mi sobrina en mi casa y en mi colegio. Pero llegó un día en el cuál sonó el teléfono fijo de mi casa. Era mi cuñado, el marido de mi hermana...

- Que digo que si nos puedes acoger a nosotros dos también en tu casa...

- ¿Cómo? Disculpa pero aquí en el piso ya no cabemos más. Lo siento mucho.

- Pues si no tienes sitio para nosotros dos tampoco tienes sitio para tu nieta, es decir, nuestra hija

-Eso no es así

- Venga sí vale. Mañana irá mi mujer para recoger a la cría

- No te atrevas a venir a por ella, aquí tiene un techo firme, no tiene frio, tiene agua caliente, tiene comida...

- Me da igual

Aquella discusión pareció quedarse en nada. Que ilusa fui. Al día siguiente a las dos de la tarde, la hora a la cuál salíamos del colegio ambas, mi madre iba a por mi sobrina y a por mi cuando de repente vimos aparecer a mi hermana.

- ¿Qué haces aquí? *dijo mi madre con mi sobrina en brazos*.

- Vengo a por mi hija mamá.

- Ya le dije a Mikel que no hace falta que os la llevéis.

- Ya, bueno, pero el me ha dicho que me la lleve, asi que Andi vámonos.

- ¡No!

- Déjalo Mariah, quiere estar con nosotras.

- He dicho que vámonos ya Andi.

La cosa fue más o menos así: mi sobrina estaba abrazando a mi madre por el cuello y mi hermana tirándole de las piernas para que se soltara y se fuera con ella, mi madre y yo gritándole para que se fuera y nos dejara en paz. Todo esto enfrente de la puerta del colegio.

Al final consiguió llevársela, yo me quedé devastada y afónica. Tal fue el espectáculo que mi profesora salió y le dijo a mi madre que lo que quedaba de semana que no fuera a clase, que me dejara descansar.

Aquello fue un completo shock para una niña de 6 años. Desde ese momento sentí un vacio enorme dentro de mí, no sabía que era ni cómo llenarlo. ¿Qué hice? Me refugie en la comida. Empecé a comer compulsivamente. Nadie me paraba. Al final empecé a engordar. En el colegio empecé a ser más tímida. Me pusieron gafas, se rieron de mí, ya no me las puse más. Aquí definitivamente fue donde todo explotó.

Desde aquel día no volví a ver nunca más ni a mi hermana ni a mi sobrina, hasta 6 años después.


Sweet DisasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora