—¿Cómo pudiste hacerme esto? dije con voz temblorosa.—Perdón.
—¿Perdón? Me mentiste, no quiero volver a verte —una lágrima cayó por mi mejilla—. Eres un idiota.
—Vanessa, no tiene que ser así. —se le notaba la preocupación en sus ojos.
—No, tú quisiste que fuera así —un momento de silencio — ¡Te odio!
Su mandibula se tensó, su expresión se tornó fría. Me vio a los ojos y yo lo miré detenidamente muy sería, aunque por dentro estaba hecha trizas, entonces me fui corriendo.
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El socio de mi padre
RomanceVanessa, ¿Cómo olvidarla? La recuerdo desde el primer día en que la vi: cautivadora, joven y fresca, con personalidad atrevida y audaz. Siempre con una sonrisa en su rostro, su sonrisa...¡hermosa! La más hermosa que he visto. La quiero, la quiero ta...