ღ мειи Hεяz Bяεииt ღ ღ {R+} ღ {T. L.} ღ

☆ P R Ó L O G O ☆

Toda mi vida supe lo que quería hacer, lo que quería ser... lo que sería de mi vida; porque siempre estuvo asegurada de una forma u otra. A cualquier lado que volteara tenía un futuro prometedor, y siempre tuve muy claro todo, menos la manera en la que iba a terminar enamorándome de verdad, eso para mí siempre era incierto.

Me gustaba imaginar que terminaría compartiendo el resto de mi vida con alguno de los novios que tuviera durante el colegio, pero también a veces pensaba que conocería a mi gran amor durante la universidad y que seríamos felices toda la vida; o en otro de los escenarios, que conocería a mi persona especial en mi trabajo soñado.

A pesar de lo mucho que me gustaba imaginarlo, la verdad era que no me importaba en absoluto, porque estaba totalmente abierta a todas las posibilidades que la vida me pudiera ofrecer para conocer a la persona con la que compartiría el resto de mi vida.

Y sabía que la vida, el destino, la suerte, el plan que el universo o... Dios, o quien sea que fuese el ser supremo encargado de darnos lo que merecemos en la vida, tenía algo grande, especial, asombroso y tan maravilloso para mí.

O por lo menos eso me gustaba pensar.

Pero sin duda no esperaba tener algo tan sorpresivamente extraño y emocionante a la vez, y mucho menos esperaba que pasara de la manera tan poco usual en la que sucedió.

Yo, Kamari Alexandra Sada Larrea, definitivamente no planeaba que pasara aquello que desencadenó muchos sucesos emocionantes en mi vida aquel sábado 23 de Julio en el backstage del Autódromo hermanos Rodríguez de la ciudad de México. Todo lo contrario, solo quería ir al festival más importante de toda Latinoamérica y disfrutar de conocer a mi banda alemana favorita y de escuchar a muchas otras que me gustaban con locura, como Ghost B.C, Sepultura, Épica o el primer y último concierto de Twisted Sister en el país.

Ese era mi plan.

Era un plan simplemente perfecto y normal. Nada podía salir mal, era un plan a prueba de idiotas, nada podía afectarme a futuro. Y por supuesto, no tenía nada que perder, todo lo contrario, realizaría un gran sueño para mi alma rockera y metalera.

Aunque no me arrepiento de absolutamente nada de lo que pasó aquel día. Y por supuesto no me arrepiento de nada de lo que ocurrió después, a pesar de todas las complicadas situaciones que eso me trajo.