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Caminaba de regreso a mi casa por la misma calle oscura y vacía de siempre.
Al principio me aterraba sólo pensar que alguien o algo saldría de la neblina que se formaba por el intenso frío.

Pero después de tanto tiempo viviendo en el mismo barrio ya hasta conocía quienes eran los que robaban y digamos que aveces les ayudaba, se que es malo pero después de ser echada de casa no tenía dinero para sobrevivir.

La única persona que me aguantaba era Yuli mi mejor amiga, que vivía a tres calles de mi casa.

Yuli y yo nos hicimos amigas desde los 5 años, cuando la encontré en el hospital donde estaba mi madre internada. Yuli era hija de un doctor y le gustaba ver los cuerpos en la morgue del hospital, esa niña era rara pero se convirtió en mi mejor amiga.

Después de una hora de caminata llegué a casa, estaba tan cansada que ni encendí mi celular para ver los mensajes de Yuli.

Fui a darme una ducha para quitar toda la suciedad de mi cuerpo. Mientras me bañaba oía un golpe en la ventana cerca del baño, no le presté atención ya que podía ser uno de los ladrones que veía a pedirme ayuda.

De nuevo oí un golpe pero esta vez era en la puerta del baño. Mi piel se erizó por completo con el fuerte sonido de la puerta, así que decidí ir a ver quién o qué era lo que hacía el ruido.

Oí un fuerte estruendo afuera de mi casa, esto hizo que mi temor aumentara.

Puse mi mano en la fría perilla de la puerta y la gire lentamente por el miedo que sentía.

Al abrirla vi la silueta de un ser extraño, perverso y oscuro. Era Yuli, quién se había metido por la ventana cerca del baño para avisarme algo.

Le dí un golpe en el brazo por haberme dado un susto a esas horas de la noche. A ella no le importó el golpe en lo más mínimo, estaba emocionada por algo que le había sucedido.

Me mostró su celular y en el estaba la foto de un chico cuya piel era tan pálida que se confundía con su cabello rubio, tenía ojos que parecían decir:
"morirás esta noche"
Pero aun así me parecía muy atractivo, sin embargo, aún no sabía en propósito de porqué Yuli me mostraba su foto; ¿acaso seria su novio, primo o simplemente un chico con el que pasaría la noche?

Luego de contemplarlo Yuli dijo que ese chico había estado viéndome todo el día en la universidad, no recordaba que la clase hablara sobre un chico nuevo pero no le di importancia.

Yuli me dijo que se había hecho amiga del chico siniestro (apodo que le puse por parecer fantasma) y que me consiguió una cita con él.

Esto último hizo que mis ojos de abrieran como platos. Mi mejor amiga planeando mi vida, pero que más podía hacer, el chico siniestro era lindo, cualquier cosa podía pasar entre nosotros, así que acepté la cita que sería el sábado por la noche en un parque solitario cerca de la universidad.

Yuli salió de mi casa antes de que sus padres descubrieran que se había escapado, a pasar de que no le prestaban tanta atención la querían mucho.

Ese día me recoste en mi cama y me quedé dormida con el sonido de las cigarras y los susurros del frío viento que entraba por mi ventana.

La día siguiente...

Desperté y me puse la misma ropa de siempre, jeans negros, zapatos rojos y una camiseta blanca.

Salí de mi casa y en puerta había una mancha de sangre, supongo que habían matado a alguien, como siempre, pero no le tomé importancia.

Caminé durante cuarenta minutos hasta que llegué a la universidad. Apenas entré sentí como algo me vigilaba detrás de los arbusto que formaban el camino hasta la puerta principal.

De repente algo se aventó sobre mi espalda con mucha fuerza. Era la loca de Yuli haciandome asustar como siempre.

Cuando sonó el timbre para entrar a clases ambas tomamos nuestros caminos. Yuli estudiaba para ser enfermera y yo para ser arquitecta; siempre quise construir mansiones que oculten pasadisos secretos y muchos misterios.

Entré a mi salón y fui a mi aburrido puesto. Busqué con la mirada para ver si el chico sinietro había llegado pero no dio resultado, volteé mi cabeza hacia mi lado derecho y ahí estaba ese chico de piel pálida.

Solo pude oír si ronca voz decir Hola, antes de dar un brinco por el susto que me dió.
Cuando me calme le dediqué una leve sonrisa.

Las clases pasaron y sonó el timbre de salida.
Fui a dejar las cosas a mi casillero que para mi suerte estaba alado de la puerta del sótano de la universidad cuya entrada estaba prohibida pero nadie sabía el porqué.

Esa zona tenía muy poca iluminación que le daba un toque espeluznante al lugar.
Ya estaba cerrando mi casillero cuando sentí una presencia un tanto pensada detrás de mí.

Volteé y ví al chico siniestro parado en frente de mio con su mirada amenazante puesta en mis ojos. Con su voz ronca me dijo que se llamaba Min YoonGi pero que podía llamarlo Suga.

No le veía nada de Suga pero si el quería que lo llame así por mi no hay problema.

Ya se me hacía tarde así que di un rápido beso en la mejilla de Suga y salí corriendo ya que no quería que mi sangre fuera la que estuviera en mi puerta.

Así pasaron los días, Suga y yo hablábamos en todas las clases ya que ninguno tenía amigos.
Había llegado el día de muestra primera cita y yo me estaba alistando para ver a Suga.

El sol se estaba poniendo mientras caminaba al parque, cuando llegue ya estaba oscuro.
Me senté en una de las bancas para esperarlo.

El viento era escaso, no había ni una hoja que se moviera, hasta que....

Mi Novio PsicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora