Besé a un chico y me gustó

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° Tercer disparo: Au, Zoro y Sanji.

° Resumen: Por accidente sus labios se rozaron por primera vez. Y eso causa asco entre los dos, sin embargo, tal vez no fue tan desagradable como pensaban.

° Genero: Romántico.

° Serie: Ninguna.

° Universo infinito: Esta hermosa inspiración llego al escuchar la canción con el mismo título del drabble (casi, risas) interpretado por Katty Perry. Esa canción me encanto, y me quede pensando que sería mejor en el caso de un hombre ¿No lo creen?



“Déjame darte un beso, de
esos que no se olvidan, ni en
otros labios, ni en otras
noches, ni en otras vidas”.

MIND OF BRANDO



Sentado en la banca color gris con figuras y algunos garabatos escritos con signos a medio entender por el paso del tiempo; fingía escuchar la descripción que le hacía su profesora de literatura. La mujer, con aproximadamente más de treinta años, solamente se dedicaba a hacer ademanes con sus manos blancas que se movían de una manera graciosa, por lo que causaba mucha diversión a varios estudiantes que, por miedo a ser reprendidos; evitaban hacer sus risas notorias.

Un par de chicas se susurraban cosas al oído y de vez en vez le sonrían a Sanji que no apartaba su mirada a otro lado.

Cuando la maestra comenzó a repasar el listado de los alumnos presentes; fue caminando lentamente por los pasillos para llegar a su escritorio.

En ese entonces Sanji dejó caer su rostro entre el hueco que creaban la posición de sus brazos, y un poco perdido en sus memorias; se puso a pensar. Pero se incorporó al oír la plática de uno de sus amigos.

—Entonces, ¿no saldrás con nosotros?

—No, Luffy. Ya sabes cómo es Zoro de amargado —dijo Nami en voz baja.

—No nos hagas esto, Zoro. Tu prometiste acompañarnos esta noche. Así que me rehusó a que te rehúses.

—¡Ah! No, me niego, Luffy. Yo ya lo había dicho antes. También se lo dije a la arpía de Nami. No sé porqué me siguen insistiendo.

—Pero Zoro... ¡Debes de ir! ¡También irá Sanji! —rió Monkey D. Luffy, dejándose caer de sopetón sobre su silla.

Al ser sus palabras escuchadas por toda la clase, Zoro se levantó bruscamente ruborizado por la indirecta que su amigo había gritado a los cuatro vientos. Afirmación que había llegado a oídos de los demás estudiantes, incluso hasta el de su profesora que los miraba confundida. Un poco extrañada por su comportamiento.

—Es cierto Zoro, así podrás declararte —inquirió Nami como venganza por llamarle arpía.

—¡Eso no es cierto, maldita bruja! De verdad, Sanji —exclamo Roronoa Zoro, muriendo de vergüenza. 

Por otro lado; el rubio se impresiono. Era evidente que su preciosa princesa mentía.

—Tiene razón, Nami-san, es imposible que el marimo guste de mí.

Apenas término de decir aquella frase, la profesora de literatura rompió la plática de los adolescentes y pidió al joven peliverde tomar asiento, sin embargo, por un descuido de Luffy al dejar la mochila a un costado equivocado; Zoro trastabilló torpemente dejándose caer encima del chico de sus desvelos.

Sus labios se rozaron por accidente, sus bocas se tocaron de una forma tan íntima que a ambos hizo sonrojar. Sanji se sentía al punto del colapso, mientras que Zoro podía ver estrellas flotar alrededor de su compañero. A los dos les latía el corazón con fuerza, y era justamente por algo que todos llamarían amor.

—¡Como te atreves, maldito marimo degenerado!

—¡Fue un accidente cocinero! ¿Acaso crees que yo quería besarte?—exclamo a la defensiva.

La profesora ni siquiera sabía cómo es que habían llegado a eso, así que decidió dejar ir a sus estudiantes a última hora.

Todos los alumnos salieron felices, algunos en shock igual que su maestra de literatura. Pero sólo en las cuatro paredes del salón de clases quedaron los dos integrantes del grupo del sombrero de paja. Sanji respiro hondo y trato de tranquilizar el latido de su corazón agitado. No podía creer que se sintiera así, si tenía novia.

—Lo siento cocinero, fue un accidente. No volverá a pasar. Fue la culpa del idiota de Luffy.

—No te preocupes marimo, se que fue un accidente. Pero eso no importa ahora. Debemos darnos prisa para alcanzar a los chicos —añadió el joven de cabellos rubios dirigiéndose a la salida.

Zoro no escucho sus palabras y al cabo de unos instantes se dejó estar en el centro del salón. Parecía perdido en el acontecimiento de hace unos minutos. Sanji se dio cuanta de eso y, regresando sobre sus pasos; le habló.

—Ya déjalo marimo. Si sigues pensando en eso te va a explotar el cerebro. Bueno... el poco pasto que tienes.

Pero ahora se daba cuenta, por otra parte, con toda claridad, lo que sentía por su amigo. Era cierto que ellos no tenían un lazo afectuoso que podría justificar su atracción, pero para descubrirlo tenía que hacer algo para demostrar los confusos sentimientos que estaban comenzando a florecer. Y armándose de valor, Roronoa siguió sus impulsos contenidos apresando el cuerpo del más bajo para así volver a unir sus labios en un profundo beso.

Sanji se alejó con brusquedad y se limpió la boca con su muñeca.

—Ya déjame, musgo. Esto nunca se va a volver a repetir —añadió Kuroashi, saliendo rápidamente.

Pero ellos sabían más que nadie que esa afirmación era mentira. Porque quien lo diría, si ahora, después de una semana; se encontraban todos los días al terminó de clases comiéndose a besos. Ocultándose de la vista de sus compañeros y de la novia del rubio.

La linda y hermosa Violet.





Susuyajuzo

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2019 ⏰

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