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Tiempo después de lo sucedido entre él y Korn, Wiss prefirió dejar que las cosas siguieran tal cual. No iba a perder el tiempo en discutir el tema con el otro ángel, total, no le importaba en lo absoluto ¿Para qué seguir?. Que Korn siguiera con su vida en el Octavo Universo que él haría lo mismo en el planeta de su señor.

Con calma y maestría Wiss terminaba de preparar el almuerzo. Entre tarareos sazonaba la carne de pollo con un sofrito de verduras. A solas en la cocina se dejaba llevar por el aroma apetecible de lo que preparaba. Sin embargo, sin querer recordó cuando Korn lo tenía contra la cama, gimiendo. Ante ello, rápido sacudió su cabeza queriendo olvidar lo que en su mente se había presentado.
Queriendo continuar en lo que debía hacer antes de que su señor empezara a impacientarse dio la vuelta para tomar el frasco de pimienta, al agregar un poco el frasco se abrió dejando el sartén repleto del condimento.
- ¡Maldito!.- un suspiro de angustia dejó salir de su interior mirando como su preparación había pasado de delicioso a asqueroso-. Tres meses y los recuerdos no desaparecen de mi mente ¿Por qué no puedo borrar esos sucesos si fue absurdo y tonto?.
Apagó el fuego de la estufa con la cabeza gacha aún apoyado en los laterales de la misma. Sintiéndose incoherente de si mismo las imágenes, las sensaciones vividas esa tarde las sentía nuevamente en su cuerpo. Un ligero escalofrío le recorrió la espalda al recordar ahora como los labios de Korn dejaban un recorrido de besos desde la base de su columna hasta el cuello sin dejar de moverse dentro de él. Los recuerdos eran tan vívidos y reales en la actualidad que fue ajeno ante los llamados algo enfadados de Bills.
- ¡Wiss! ¡WISS!.- lanzó un poco de energía hacia la pared de enfrente del que llamaba para que lo tomara en cuenta-. ¡Te estoy hablando... Wiss!
Éste logró salir de su trance mental reincorporándose a la realidad. Volteó a mirar hacia el espacio abierto que separaba la cocina con el salón para responder de buena manera al dios quien estaba de brazos cruzados apoyado en el umbral.
- ¿Qué desea, señor?
- ‎¿Cuánto falta para el almuerzo? Deberías estar terminando.
- Oh...- observó el sofrito arruinado por el exceso de condimento pensando rápido que podía hacer para apurar la comida-. Le ruego un poco más de paciencia señor Bills. Tuve un inconveniente con la pimienta.
- ‎¡Tks! Media hora o te vas a arrepentir.- se fue a esperar al salón con cierta molestia por el atraso de su asistente-.

Wiss entonces se apuró en sus acciones en la cocina. Tuvo que rehacer el sofrito de verduras para completar el menú del día. Para fortuna de su señor y la suya terminó minutos antes del plazo impuesto por Bills. Se dirigió al salón sirviendo los diferentes ocho platillos que realizó durante horas haciendo que el semblante del dios se tornara más alegre.
El asistente entonces tomó asiento en el lado lateral derecho de Bills sirviendo en su plato los alimentos recién traídos al mismo tiempo que su superior. Estaba por degustar un poco de carne con arroz frito cuando el dios se le queda mirando, eso le llamó la atención pensando que podría querer algo más.
- ¿Desea algo señor?.- preguntó calmo dejando su tenedor en el plato-.
- Seré directo ‎¿Es mi idea o últimamente estás más distraído que de costumbre?
- ‎No sé de que habla mi señor. Yo estoy muy bien.- cogió su copa de agua aparentando lo mejor que podía-.
- ‎Desde que vino el dios Liquir al planeta y discutiste con su asistente...
- ‎Eso es del pasado, si me permite aclararle. Un cruce de palabras sin importancia, nada más.
- A mi tampoco me agradó que viniera a mi Universo a comer a mi planeta gourmet. Espero que no vuelva a venir hasta acá de nuevo, yo no tengo nada que ver con los demás dioses. Y tampoco ando de paseo por los demás Universos.- dijo mientras comía arroz junto a un gran trozo de carne de res. Wiss lo escuchaba en silencio-. Es mejor no tener relaciones tan estrechas con el resto. Suficiente tengo con Champa. Bueno, al fin y al cabo es mi hermano.
- ‎Tiene razón señor, entre más lejos, mejor.

Continuaron su comida entre conversaciones fugaces de cualquier tema, algo que ayudó a Wiss a dejar de pensar tanto en lo sucedido en su habitación. Después de una horas aún en la mesa compartiendo el postre, Bills quiso ir a dormir a su hamaca en el jardín. Se levantó agradeciendo la comida y salió al exterior. Su asistente lo miraba por la ventana al verlo acomodarse en la cama de telares blancos. Él, por su parte, prosiguió a recoger la mesa y lavar la loza sucia ocupada en el almuerzo.

Algo Pendiente (KornxWiss) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora