Observé de nuevo el cacharro que había en mis manos, era el 5 que utilizaba y seguía dando el mismo resultado.
—¿Quieres un poco?— me acercó otra empanada de atún, el olor era insoportable pero aún así asentí—¿Que tal todo allá cariño?— pero lejos de responder a las preguntas de mi madre estaba concentrada luchando con las ganas de vomitar.
—Mama... ¿Me las puedes guardar para después?— retiré el plato antes de causar un desastre al hermoso mantel de mi madre.
—¿No me salieron bien?— preguntó con el ceño fruncido. Me cogió del abrazo deteniendo mis pasos—¿Estás bien?— . Trato de esbozar una sonrisa y asiento tragandome las ganas de llorar.
No podía permanecer un segudo más encerrada en esa casa. Coji mi abrigo, mis llaves y salí tratando de no hacer mucho ruido. El aire frío me golpeó el rostro y me despejó de la sensación de querer vomitar.
Me alejé caminando sin rumbo fijo hasta llegar al lago. Me acerqué a la barandilla y dejé al fin que mis lágrimas fluyan sin contenerlas. Lloré por el cambio, lloré por la decepción que sentía y que sentiría mi madre.
—¿No se lo dijiste aún?— levanté la mirada para encontrarme a José mirarme fijamente con la preocupación reflejada en su rostro. Sacudí la cabeza y solté un sollozo ahogado. Me tapé la cara con las manos pero él me las quitó —Todo estará bien... Yo... Yo te apoyaré siempre — me miró con ternura para después limpiar mis lágrimas— decidas lo que decidas siempre te apoyaré—.
—No... No se lo puedo decir ahora. Necesito tiempo, para asimilarlo, para saber qué ocurrió. Yo..— me tapó la boca con su mano.
—Cuando vuelvas... Se lo decimos juntos... ¿sí?.. no te presiones Anita—.Miré fijamente mi maleta ya echa y sin muchas ganas de cogerla e irme. No quería enfrentarme a las preguntas inquisidoras de Laura ni de ningún otro ser vivo.
—¿Preparada?— mi madre me observaba con una sonrisa. Abrió sus brazos y fui corriendo a refugiarme entre ellos. Me dió un beso en la frente y se separó limpiándose las lágrimas—¿Seguro que estás bien?—.
—Si mami... Solo que te echaré de menos— le dije.
Me senté en mi butaca correspondiente dispuesta a dormir un poco. Llevaba semanas sin poder dormir bien. Sin embargo unas arcadas me hicieron saltar de mi asiento y provocar unos gritos de indignación por parte de los pasajeros. Miré mi cara pálida, tenía ojeras mi pelo estaba mal echo casi parecía una indígena.
Volví a sentarme en mi sitio rezando para no volver a pasar lo mismo durante mi viaje. Inspiré hondo y solté el aire lentamente. Me coloqué los cascos y cerré los ojos.
Unos golpes en mi cara me despertaron del sueño en el que estaba. Miré a mi lado desorientada y centré mi mirada en el pasajero que estaba a mi lado.
—Vamos a aterrizar—me informó cosa que agradecí asintiendo.Agarré mi maleta y me dispuse a salir del aeropuerto sin embargo un grito me detuvo. Laura se acercaba a mí gritando y moviéndome los brazos de un lado hacia otro. No pude evitar sonreír al verla.
—¡Pequeña!— me abrazó cuando estuvo a mi altura, el olor a vainia tan característico de ella se adentró en mis fosas nasales.
—Lauro— le dije picandola. Se separó de mí escaneandome, no me gustó la mirada que me dirigió.
—¿Por qué no me dijiste nada?— no sabía a que se refería así que le di una mirada interrogante— no te hagas la tonta, ya lo sabe media universidad. Lo que no entiendo es porque me lo escondiste... Creía que— la corté.
—¿De que hablas?— le pregunté con el corazón palpitando a mil por segundo.
—¡Quedaste primera en el concurso de ciencias y no dijiste nada!— me gritó a la cara— te fuiste sin decirme nada de nada— mi corazón volvió a su sitio.—Yo tampoco lo sabía... Me acabo de enterar... Yo tenía que regresar al pueblo. Mi mamá se encontraba mal— traté de explicarle.
—Oh... Creía que te fuiste a celebrar y gastarte todo allá— me dedicó una sonrisa deslumbrante—¿Que le ha pasado?... A mi no me ha comentado nada— traté de no darme cabezazos contra la pared por lo tonta que fui.
—No ha sido nada grave. ¿Nos vamos?— le dije tratándo de cambiar de tema.
Me siguió sin hacer preguntas lo cual era raro en ella. Me hizo señales cuando llegamos a la calle así que la seguí a su coche.
Condujo en silencio sin decir nada, "despacito" sonaba en la radio y aún así la dejó sin querer cambiarla. Con eso confirmé mis sospechas de que algo pasaba. Ella odiaba "despacito" con toda su alma.
—¿Te pasa algo?— traté de hacerla pero al recibir una respuesta negativa decidí guardar silencio.
Suspiré cuando llegamos al edificio en el que vivíamos, no era de esos pisos bonitos que veía por la tele ni en los anuncios, era una cueva en la que estábamos metidas tratando de sobrevivir. Al menos estaba cercana a la universidad y la librería, cosa suficiente para mi.
Me ayudó a subir la maleta por las escaleras cosa que le agradecí. Me senté en el pequeño sofá verde que habíamos adquirido en unos rebajas y por el cual todos nos tamaban el pelo.
—¿Me vas a decir a que se debe tu cambio de comportamiento?— le volví a preguntar— sé que eres bipolar, pero con el mundo.. no conmigo—le dije tratándo de hacerla sonreír.
—¿Que ocurrió Anne?— su pregunta me tomó desprevenida— ¿Te crees que no te conozco?...¿Que me he tragado tu numerito?— me levanté pero me volvió a empujar al sofa. Por reflejo llevé mis manos al centro de mi vientre preocupada por lo que había. Sus ojos viajaron a mis manos y sacudió la cabeza mientras retrocedía.
—Laura...— me levanté y me miró con los ojos rayados.
—Anne.. por dios ¿Que... Que ha pasado?— se acercó y me cogió de las manos. —Te lo suplico, dime que ha pasado. ¿Porqué te fuiste pequeña?— sus ojos viajaban de mi rostro a mi vientre.
—Yo... Yo....— traté de tragar saliva pero no podía. No me veía con fuerzas de decirlo de nuevo en voz alta— yo...— no logré terminar y me derrumbe llorando en su hombro.
La escuché llorar conmigo entendiéndolo todo. No dijo nada durante un rato yo tampoco.
—Anne... ¿Quién es?— preguntó. Traté de coger aire, sabiendo que no le iba a gustar mi respuesta.
—No... No lo sé— terminé soltando al final. Giró mi cara con brusquedad hacia ella.
—¡¿Como que no sabes?!— tiró de mi —¡Ahora me llevarás a donde él!—.—¡Te dije que no lo sé joder!— le grité de vuelta gritándole —Nose... Fué en la fiesta de Luis... No me acuerdo de nada de lo que sucedió— me dejé caer en el sofá derrotada por mentirle a mi mejor amiga.
El silencio inundó el lugar durante un rato hasta que sentí que se sentaba a mi lado.
—Sabremos quién fue. Lo sabremos—.***
Bievenidos de nuevo a mi historia, ¿Quién es el dady?... ¿Porqué Anne miente acerca de él?... Poco a poco lo sabremos jajajaja. Espero que les guste.
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ÚLTIMA OPORTUNIDAD (Pausada)
RomanceElla deseó que todo fuese diferente, que él la quisiese, que no la considerase historia de una noche... Pero le dejó claro que en sus planes no había sitio para ella ni muchos menos para su bebé. ¿Pero?... Todas las historias tienen sus peros... Ade...