Capitulo 1

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Yo dormía igual que una dulce bebe hasta que mi despertador sonó, abrí mis ojos lentamente y mire el techo de mi habitación, me senté en la cama y apague el despertador que ya estaba aturdiéndome. Me dirigí al baño, y me di un rico baño de  agua caliente, salí y envolví mi cuerpo con una toalla y mi cabello con otra, era temprano aún tenía tiempo para arreglarme, me alise mi largo cabello, lave mis dientes, me vestí y baje para encontrarme con mi padre en el comedor.

—Hola linda—, dijo mi padre regresando su mirada al periódico que leía.

—Hola papá ¿y mamá? —, dije buscando a mi madre y pase a sentarme, hacia un lindo día soleado, los rayos del sol entraban por los grandes ventanales que había en la habitación.

—Supongo que ya ha de bajar, pero linda desayuna algo, no quiero que te enfermes ¿comes bien? —, dijo mi padre con un toque de preocupación en su voz.

—Claro, no tienes por qué preocuparte de eso—, dije sonriente a lo que el esbozo una amplia sonrisa.

— ¿porque tan felices? — pregunto mi madre al mismo tiempo que pasaba una fría mirada hacia mí.

—Hola amor, solo charlábamos, pero toma asiento ya traen tu desayuno— dijo mi padre levantándose de su lugar para darle un dulce beso a mi madre.

La verdad su matrimonio es muy bueno, mi madre ama a mi padre y el siente lo mismo por ella, aun no logro entender porque ella es muy fría conmigo, a veces tengo unos vagos recuerdos de ella feliz a mi lado.

—Nia te acabo de hacer una pregunta, ten la decencia de contestarla—, debo confesar que estaba muy perdida en mis pensamientos que no escuche la pregunta, cuando vi a mi madre tenía su linda pero fría mira clavada en mi rostro.

— ¿perdón? —, dije un poco distraída posando la mirada en mi madre.

—olvídalo no pienso repetir—, seguido de eso empezó a comer y no volvió a hablarme.

—debo irme hay unas cosas en la empresa que no están yendo muy bien y hay que solucionarlas, las veo luego, las amo—, paso a despedirse de nosotras, recogió su maletín y salió por la gran puerta de la entrada.

Termine de desayunar sola ya que mi madre prefirió que le llevaran el desayuno al jardín, ¿tanto le molesta mi presencia? A veces veo dolor en su mirada pero no entiendo porque, me tiene a mí y a mi padre, ¿no es suficiente? Pasando a otros temas les contare un poco de mi pues sociable si soy, pero también soy muy tímida y tengo que confesar que mi madre es muy estricta con todo, tengo que tener calificaciones perfectas, claro las tengo pero a veces puede llegar a hacer un poco pesado, es un poco ridículo por el hecho de que tengo 18 años pero un día tuve que salir de mi casa a escondidas, fui a una fiesta con mis amigas y ahí me tope al chico más hermoso del planeta, tenía unos ojos color miel exquisitos, unos labios que creo una persona se volvería completamente loca al besarlos, en fin era muy atractivo, mis amigas me decían que le hablara, pero no me atreví el chico no se fijaba en mí y no quería parecer una psicópata.

Termine hasta la última migaja de mi plato, agradecí a mi nana por mi desayuno, tome mis cosas y me marche al colegio, pedí al chofer que me bajara una cuadra antes, el clima estaba perfecto y quería estirar un poco mis piernas, llegue al colegio y vi a las personitas que me hacen perfectos mis días.

—Hola hermosa—, me recibió con un beso en la mejilla.

—Hola bridge—, le conteste con una sonrisa en mis labios.

—Adivinen quien tuvo sexo ayer—, si, esa era natasha, todo mundo la miro, algunos con cara de pocos amigo, otros simplemente la ignoraron.

—natasha, seamos sinceras eres una virgen—, dijo bridge con un toque de aburrimiento en su voz.

—Bridge hermosa y tierna bridge hay que darle emoción a esta vida, todavía te falta para que te parezcas a tu madre no empieces tan joven querida—, contraataco natasha, la verdad las 3 nos amamos como hermanas pero ¿qué hermanas no se molestan y se insultan? Sentí la pequeña discusión venir y dije.

—Chicas por favor las amo, pero de verdad estas peleas absurdas a veces cansan—, di unos pasos lejos de ellas y de reojo pude ver que me seguían y abrazadas, ven como son peleas absurdas, subí las grandes escaleras de piedra para entrar al colegio y perderme en los grandes pasillos como los demás estudiantes.

Las clases pasaron muy normal y a veces se tornaban un poco aburridas, por fin salimos del colegio y ya iba un poco tarde a mis clases de ballet.

—Nia espera— gire mi cabeza y vi a natasha corriendo muy agitada hacia mí.

— ¿Que pasa nat? — dije un poco apurada, ya que iba retrasada.

— ¿a dónde vas tan apurada? ¿Recuerdas que quedamos en salir hoy? — dijo nat con un toque de reproche en su voz.

—oh, lo siento lo olvide de verdad, nat voy muy retrasada— le dije sin verla buscando el coche que me dejaría en las próximas clases.

—retrasada en clases de ballet ¿cierto? Sé que amas el ballet, pero a veces siento que lo haces también por tu mamá, y la verdad no logro entender porque haces algo por ella, digo seamos sinceras ella no te toma mucho en cuenta— dijo un poco apenada y viendo la punta de su zapato.

—lo siento natasha, voy tarde luego hablamos— le mostré una pequeña sonrisa y me fui.

Me dolió un poco lo que dijo nat, pero es la verdad, el ballet me encanta pero me quita tiempo para estar con mis amigas. Y si, no lo dejo por mi madre.

Llegue a la academia de ballet, es una de las más prestigiosas, es muy inmensa y muy elegante. La conozco como la palma de mi mano, estoy aquí desde que tengo 5 años. Mi maestra se llama Galina Ulánova no se ustedes pero a veces las maestras de ballet dan un ligero aire de  terror, y pues esta no es la excepción es muy alta, rasgos muy finos, con algunas arrugas por su edad. Es muy buena en el ballet pero es muy brava. Entre me cambie, me puse maillot negro encima una blusa un poco holgada, Medias, calentadores y mis zapatillas de punta.

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